8. Mano derecha

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Solo había algo más molesto que atender las plegarias de los campesinos de baja clase. Tener que buscar una reina. Y nuestro querido rey no es muy feliz con la idea.

La situación actual es de el rey sentado, de brazos cruzados, en un extremo de la banca y al otro lado, su institutriz tratando de dialogar con él. De fondo, se podía escuchar a la realeza jugando polo. El sol a penas se ocultaba.

-Su alteza, en el baile de esta noche conocerá muchas doncellas hermosas.

-¿Y eso qué?

-Sabe que tiene que  elegir a una cuya familia sea de la aristocracia y ya.

-No me gustan las mujeres.

-No diga tales disparates.

Pero era cierto, Kim Taehyung nunca se sintió atraído a una mujer en toda su corta vida. Quizás porque nunca vio alguna que sea, según el, hermosa. Quizás porque la única mujer a la que pudo amar ya no estaba más. O quizás solo porque no le provocaban las mismas mariposas que los caballeros del castillo. ¿Por qué? No lo sabía, pero tampoco se lo había cuestionado.

–Pero...

Tal como nunca le había gustado una mujer en su vida, tampoco le había importado nunca lo que su institutriz le decía, pero ahora le daba curiosidad la alternativa que le daría.

- Debe escoger a su mano derecha.

–¿Ahora? –preguntó con desagrado

–En media hora más, llegarán los aprendices, así que arréglese –dijo dejando al rey  detrás de ella.

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Vistiendo su capa roja, a paso firme, el rey Taehyung se aproximaba a la entrada. Trató genuinamente de quitar la mala cara pero así nació, no había nada más que hacer.  Incluso si trataba de sonreír, parecía que se estaba burlando mas que tratando de lucir amable. No podía evitar tener esa actitud.

En el frontis del castillo se encontraban cuatro chicos uniformados, listos para servirle si eso deseaba. Cada uno había estudiado desde temprana edad, cada uno estaba igualmente capacitado, pero uno solo será la mano derecha de su majestad.

–Buenos días su alteza –dijeron al unísono, haciendo una reverencia–. A sus órdenes.

No sabía exactamente qué debía deir, o que escoger, así que les fue preguntando el nombre uno por uno.

-¿Tu nombre es?

-Jung Taeyang señor, a su servicio.

–¿Y tú eres? –preguntó al siguiente chico.

–Jung Minho, su alteza.

–¿Qué edad tienes?–preguntó alzando una ceja.

–Catorce, señor –

–Ja, es un escuincle –pensó el rey–. ¿Y tú? ¿Cuál es tu nombre?

-Choi Yunghee, su alteza. A sus servicios.

Antes de preguntarle el nombre al últmo jóven, se quedó petrificado, no sabía si era por el aura de pureza que iradiaba, o sus ojos de criatura del bosque. ¿Qué era? Un benado, tal vez. El muchacho solo sonreía, como si se burlara inocentemente de la expresión de Taehyung, como si supiera algo que él no. Había algo familiar en él, pero ¿qué exactamente?

–¿Quién eres tú?– Preguntó casi con miedo

–Mi nombre, su majestad,–hizo una pausa– no es de gran importancia.

-Bien, "no es de gran importancia" quiero que me acompañes a mi habitación. El chico soltó una pequeña risa y dijo por lo bajo; "Veo que no haz cambiado nada."

👑

Tenía que ocultar toda su emoción. No quería que fuera muy obvio, hasta que por fin tuviera un momento a solas con el soberano.

-Tu cara me es familiar -dijo Tae ya un poco más relajado.

-Mis maestras dicen que por mi cara angelical, yo podría pasar por príncipe...- el caminar del rey se detuvo, el aprendiz solo boqueó y se cubrió ambas, la nariz y boca con las manos -es decir, yo jamás les creo, es imposible que un huérfano como yo pueda asemejarse a tal excelencia como usted.

-Bueno, sí tienes un lindo rostro.– Se rió incómodamente.

Llegados a la alcoba del rey, hizo que se sentara en la silla del escritorio y éste se sentó en el borde de la cama.

–Dime, ¿cuál es tu nombre?

-No me sorprende que no me reconozcas. Después de todo, ha pasado mucho tiempo.

-¿Tratas de burlarte? ¡Dime ya tu identidad!

-Mi nombre es Jeon Jungkook.

Esto lo tomó por sorpresa, su sirviente tenía un nombre muy conocido, demasiado para ser verdad. Se levantó bruscamente de la cama y de la misma manera lo levantó. Lo llevó hasta el espejo y sosteniendolo por los hombros hizo que viera sus reflejos. No sabía por qué, pero sentía como se le formaban lágrimas en los ojos, pero ninguna se atrevía a bajar por sus mejillas.

-Tu no eres Jeon...

-Claro que sí, su alteza, como ya le dije, mi nombre es Jeon Jungkook. Aunque antes solía llamarme...

-¡No puede ser! -exclamo con una mezcla de felicidad y espanto.

-Kim Jungkook.

Sí, su alteza [Vkook AU]Where stories live. Discover now