13. Primer ministro

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Habían pasado un par de semanas desde entonces. Las cocineras habían reconocido el rostro del ex-heredero al trono apenas llegó. Todos los días lo saludan alegremente, le aprietan las mejillas, o le desordenan el cabello. "Buenos días pequeño noble" le decían, ofreciéndole los bollos recién horneados para el desayuno del rey. "Te puedes quedar con uno, pero que nadie te vea. Llenaba sus mejillas con esos panecillos con mucho gusto.

Como cualquier empleado del castillo, debía despertarse más temprano que aquellos que tenían un cargo importante. Todos los días se despierta a las 6 de la mañana, se aseaba y vestía su traje. Era bastante peculiar, un pantalón negro, igual que el veston, debajo de eso, una camisa blanca de cuello italiano y sobre ella un chaleco amarillo. El pantalón llegaba hasta la rodilla, y los zapatos eran de taco bajo. Debía amarrar su cabello pues era un tanto largo, le rozaba los hombros. Su hermano, por otra parte, siempre lo usaba corto. Las empleadas decían que de no ser por el cabello, serían imposibles de diferenciar.

Su habitación quedaba en el segundo piso, hasta ahora solo sabía ubicar la cocina. Siempre se perdía cuando se trataba de encontrar la habitación del rey. Había días en los que tenía suerte y llegaba a tiempo, pero habían otros días, como hoy, que Taehyung ya se había despertado antes de que él llegara.

-¿Te volviste a perder? -preguntó sentándose en la cama.

-Esto es demasiado. Todos los días camino por lo menos 10 minutos con esta bandeja en las manos.

-¿En serio es tan difícil recordar donde dormía mamá?

-Es porque -deja la bandeja en la cama-. Sigo pensando que es nuestra habitación antigua.

Su trabajo consistía en estar al lado del rey las 24 horas del día. O bueno, por lo menos hasta muy tarde en la noche. Luego cambiaba de turno con los guardias y podía dormir un par de horas.

Lo divertido de seguir al monarca todo el tiempo es que se enteraba de todos los chismes de la realeza. Taehyung era un hombre directo y honesto, no se andaba con rodeos, decía siempre lo que pensaba como lo pensaba. Cualquiera diría que es por ser el rey, nadie puede decirle que no, pero así era desde la cuna. Quizás el rey se hacía el sordo, pero Jungkook podía oír a las sirvientas murmurando lo atractivo que era, o lo afortunada que sería su reina en un futuro. Hablaban incluso de cómo sería ser notada por él. De verdad que vivían en un cuento de hadas.

Otra cosa que había notado siguiendo al monarca es que hay demasiada gente que le dan mala espina. Uno de ellos es el primer ministro. Lo que Taehyung le había dicho sobre "si le pido que lama la suela de mi zapato lo haría" llamaba mucho su atención. De la corte, él era el único que nunca cuestionaba lo que él hacía. Siempre era el primero en estar de acuerdo.

-Buenos días, su alteza.

-¿Qué necesitas Baek?

-Aconsejar sobre la dama que vaya a escoger como esposa.

-Y de nuevo al mismo tema... ¿Por qué a todo el mundo le importa tanto cuándo o con quien me vaya a casar? Estoy harto de ese tema.

-Sabe que no es necesario que se enamore de ella.

-Pero si es necesario que la aguante el resto de mi vida.

La actitud de Taehyung hacia el sexo opuesto era un tema de gran preocupación en el castillo. En realidad, su madre fue la única que se había casado por amor más que por interés. ¿Pero por qué presentaba tanto aborrecimiento por las mujeres? Jungkook parecía ser el único que comprendía lo que pasaba. Taehyung era homosexual, lo cual no le llamaba la atención, pero sabía que la iglesia podría castigarlo si se llegaba a saber a puertas abiertas. ¿Sería este un secreto de la familia real? ¿Sólo lo sabrían ellos dos?

-Su alteza, no estará insinuando que le atraen los muchachos. No queremos un, usted sabe, afeminado, en la familia- esto hizo que Taehyung detuviera su caminar.

-Mis preferencias, no son nada de tu incumbencia.

-Oh por favor, no me malinterprete, yo no tengo nada en contra de eso -Mentira. Todo era mentira. El hecho de que Kim no fuera a tener descendencia arruinaba todo su plan. -Hablo por lo que dirán sus súbditos, y la gente del valle azul.

Esto le hizo un click al rey. Llevaba todo este tiempo pensando en que el príncipe lo querría de igual manera pero, ¿qué pasa si no es esa clase de persona? Pero habían dicho que no le atraía ninguna joven de aquel reino, ¿Eso era una señal no? O puede ser alguien con estándares muy elevados. ¿Qué le garantiza que tendría una oportunidad con él?

-Debe darle tiempo- saltó Jungkook al rescate-. Cómo debe recordar, su majestad ha vivido tras las puertas de este castillo toda su vida, no ha tenido tiempo de conocer gente nueva.

-Pero de todas formas debe ser una dama noble, no puede ser una plebeya.

-¿Usted quiere que consiga esposa? Deje que la elija, o confórmese con la tozudez del rey sobre no aceptar a una mujer por reina. Su alteza-dijo dirigiéndose a Taehyung, poniendo una mano en su hombro-. Tienes clases de caligrafía en un par de minutos. Llegaremos tarde.

Taehyung levantó su cabeza, se giró hacia el primer ministro y dijo sin emociones:- Ministro, gracias por su consejo. Puede retirarse.

-Sí, su alteza.

Si bien el pequeño monarca no había crecido como él esperaba. Aún tenía salida, no todo estaba perdido. Podía leerlo como un libro, lo único que le importaba era su bien personal. Y si sus cálculos no le fallaban, tampoco iba a ceder aunque se tratase de su propio hermano y eso, iba a ser su as bajo la manga.

Sí, su alteza [Vkook AU]Where stories live. Discover now