Capítulo 44: ¿Valió la pena...?

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Disculpen los errores ortográficos.

"hablar" personaje hablando.

"Hablar" personaje pensando.

"Hablar" nombres de las técnicas.

(Hablar) palabras del autor o aclaraciones.

############ Cambio de escenario o lugar.

Capítulo 44: ¿Valió la pena…?

Un nuevo día había comenzado.

Los primeros rayos del sol se filtraban por la ventana, iluminado una gran y elegante habitación, con mucho espacio, un gran guarda ropa y escritorio, además de varias armaduras colgando en las paredes.

Su habitación nunca se había sentido tan grande y gris.

Azula se había despertado poco antes que saliera el sol, pero se quedó recostada en la enorme cama.

¿Su cama siempre fue tan suave?

Se sentía como si se hundiera en el colchón por lo suave que era.

El haber pasado meses durmiendo en lugares como el suelo, hamacas y camas que solo eran un trozo de tela sobre una tabla, hizo que estar en una cama como está se sintiera demasiado extraño e incómodo para ella.

Sus ojos se enfocaron en el sol, que poco a poco seguía subiendo en los cielos.

*Toc toc*

La princesa escucho el abrir de la puerta, y no se sorprendió cuando varias criadas entraron a su habitación.

Con un suspiro la maestra fuego se levantó, y levantó sus brazos para que una criada le quitará el camisón que usaba para dormir, la fría brisa de la mañana roso el cuerpo desnudo de la chica.

Que tomo una bata de seda fue dada por otra criada.

"Mi lady, su baño a sido preparado"

"…" Azula apenas se había levantado de la cama y de inmediato las criadas tomaron las sábanas, y las reemplazaron por unas limpias, en poco menos de un minuto, su cama ni siquiera parecía que había sido ocupada.

Caminando por la habitación, se dirigió al baño y frunció el ceño al ver que una criada intento pasar una toalla húmeda por su rostro.

"Puedo hacerlo sola, ahora fuera"

"De inmediato mi Lady" casi corriendo la sirvienta salió del baño, junto a las demás chicas que se encargaron de que todo estuviera limpio y ordenado en la habitación de la princesa.

Encerrada solo en el baño, que más que baño parecía un spa de primera categoría, con una gran fuente de aguas termales en medio de la habitación, que hacia que hubiera una perpetua capa de vapor, que se complementaba con las velas aromáticas en cada esquina.

Ella miro todos estos lujos, como algo fuera de este mundo.

Los había visto todos los demás de niña y adolescencia.

Una llegada inesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora