Capítulo 58: Fragmentos...

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Cómo cuando matas a una personaje que a todos le caen bien, y haces llorar a todo mundo.

Zero: Súper, le moví el cerebro. Jpg

Cómo siempre gracias a todos por sus comentarios y apoyo, está vez no podrá responder comentario por lo corto que estoy de tiempo, pero tengo que hacer una mención hacía un lector que fue pionero en leer mis primeras historias.

black soul uzumaki.

Mi amigo, deseo que estés de diez donde sea que estés, no pudo perder a uno de mis lectores más longevos.

En fin, ya no alargó más, solo disfruten del capítulo.

Disculpen los errores ortográficos.

"hablar" personaje hablando.

"Hablar" personaje pensando.

"Hablar" nombres de las técnicas.

(Hablar) palabras del autor o aclaraciones.

############ Cambio de escenario o lugar. 

Capítulo 58: Fragmentos…

El estaba aquí.

Shouku separó su puño del escudo metálico, al ser empujando por una fuerza abrumadora, que lo hizo retroceder varios metros, arrastrando sus pies por el suelo, choco miradas con el recién llegado.

Uzumaki Naruto.

El shinobi estaba solo de pie, entre el Avatar y el guerrero definitivo.

El tiempo que había pasado desde la última vez que se vieron, fue como si solo hubiera sido ayer.

Aunque sus miradas ahora eran diferentes.

Naruto levanto una ceja, al ver cómo el Uzumaki mayor bajo la cabeza, y sus hombros empezaron a temblar.

“Ja… ja.. jajaja… ¡Jajajaja!” 

Su risa se podría escuchar en todo el campo de batalla, una risa escalofriante llena de alegría y a la vez furia, su risa duro lo que parecía ser varios minutos, hasta que por fin se fue calmando y volviera a levantar la mirada, mostrando sus ojos sombríos.

“Así que… aún vives” murmuró con sequedad, mirando a los ojos al shinobi, que se encogió de hombros.

“Aquí me tienes hermano” dijo con simpleza Naruto, que se mantuvo impasible ante la mirada de su pariente.

“Esa mirada…” riendo entre dientes, todo el cuerpo de Shouku parecía palpitar, el reconocía muy bien esa mirada, también esa aura que tenía, era una sorpresa que hizo que sus ojos se estrecharán, “El maestro tiene un nuevo favorito” 

“Temo que si” Respondió con frialdad el shinobi, que retrocedió unos pasos, para inclinarse hacia donde estaba su amigo caído.

Aún respiraba, eso fue un gran alivió.

Shouku se quedó mirando como su pariente limpiaba la sangre del rostro del Avatar, no pudo evitar chaquear su lengua con molestia al ver el subir y bajar del pecho del monje.

Tenía que haberlo matado.

Pero la euforia de la batalla lo había dejado cegado.

Negando con la cabeza, solo se centro en el recién llegado, moviendo sus extremidades hizo que todos sus huesos volverían a acomodarse y que cada daño lentamente se viera restaurado.

Con la capacidad de multiplicar tus propias células, regenerarlas, podía recuperarse de heridas que normalmente tardarían hasta meses, en cuestión de una hora.

Una llegada inesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora