Morelli [2] ✔️

Capítulo 5

⚠️ A D V E R T E N C I A ⚠️

Capítulo con contenido adulto, abstenerse de leer si no le gustan estos tipos de temas. Desde aquí el que lee lo hace bajo su responsabilidad.

Habiendo aclarado esto, espero que disfruten el capítulo. ❤️

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Amigo.

—Si, lo quiero, Massimo — aseguro, pero me adelanto a que si quiera piense mal, acercándome a él y tomándole el rostro para que me mire —. Pero como a un amigo, ¿vale? — aclaro y acaricio sus facciones tensas.

A pesar de mis palabras, su mirada no deja de estar enturbiada ni aún cuando me escucha, pero sus manos dejan de ser dos puños de acero y me toman de la cintura con firmeza para pegarme a su cuerpo en lo que no deja de mirarme y su expresión no deja de ser seria e inescrutable.

—Un amigo al que te follaste, Artemisa — refuta entre dientes y sus dedos se curvan sobre mi cadera casi dolorosamente —. Un amigo con el que pasaste toda tu maldita vida y al que le has dejado tocarte durante no sé cuanto tiempo — escupe con enojo y me tenso de pies a cabeza cuando sus manos me apartan con suavidad y da un paso hacia atrás.

—Massimo, eso no... — intento explicarle y volver a tocarle, pero niega y, en cambio, es él el que viene hacia mi, pero para inclinarse y cargarme sobre su hombro como si no pesara nada, sacándome un pequeño jadeo que ahogo cuando escucho un gruñido proveniente de Balthazar.

—Un paso más y los saco de mis territorios a patadas — advierte Massimo y no doy crédito a lo que veo cuando se gira y comienza caminar conmigo hacia no sé dónde mientras Jackson y Balthazar parecen a punto de golpear algo, pero conteniéndose al momento en que Valerie llega con Vlad y ambos observan la escena con una ceja en alto.

—Lord Massimo — asiente la castaña de forma burlona cuando pasamos a su lado y le dedico una mirada asesina cuando no dice nada y le permite a Massimo sacarme de allí, cosa que ella responde con una sonrisa cómplice.

—Llévate a esos imbeciles al puto hotel, Valerie, o les cortare las pelotas — responde el rubio que aprieta mis piernas desnudas con fiereza, casi pareciendo querer dejar marca, lo cual me hace arañarle la espalda baja.

—Bájame, Massimo ¿Qué mierda crees que estás haciendo? — gruño y me aferro a su espalda baja cuando un mareo me embarga y amenaza con hacerme vomitar, cosa que evito al respirar profundo y tragar duro.

—Cállate o te irá peor, Artemisa, estoy furioso contigo — advierte en lo que se adentra por los interminables pasillos y nos dirige a no sé donde —. No puedo descargarme con ellos, lo dejaste claro, pero puedo hacerlo contigo — dice y yo chillo cuando sube mi camisón y golpea mi culo con fuerza.

Mi piel pica y muerdo mi labio al sentir un pequeño dolor que se mezcla con la indignante humedad que comienza a formarse entre mis pliegues solo cubierto por las bragas que Valerie me trajo.

—¡Massimo! — me quejo y le golpeo por acto reflejo el culo también, cosa que detiene su andar abruptamente y que me obliga a sostenerme de su espalda por el brusco movimiento.

—No debiste hacer eso — susurra aterradoramente y no logro formular respuesta o entender sus palabras, porque repentinamente nos adentra a la habitación de cristal y me lanza a la cama como si no pesara nada, haciéndome chillar por el vértigo de caer.

Respiro agitada cuando intento incorporarme para verle, pero no logro hacerlo cuando Massimo tira de mis tobillos y me lleva al pie de la cama. Sorprendida, observo cómo se quita el cinturón con una mirada sombría que me hace estremecer de pies a cabeza.