Capítulo 2 "Vuelve a latir"

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-Tienes que estar bromeando- Nayeon soltó un suspiro ante la incrédula voz de su mejor amiga, ambas estaban en el poco acogedor apartamento que la mayor rentaba, sentadas en la pequeña mesa para dos que había en una esquina de aquella habitación.

-No es ninguna broma Jeongyeon, una artista rica y desahuciada va a pagarme por enamorar a su mujer- Nayeon terminaba de un último sorbo su taza de café y buscaba entre su suéter de rayas un papel que tan pronto encontró, se lo dio a su amiga de pelo medio y le permitió mirar. -Me pagó por adelantado este mes-

Jeongyeon miro la cantidad de dinero que indicaba el cheque y se sobresalto en manera, soltando un pequeño grito de sorpresa.

-¡Esto es el doble de lo que ganas en ese feo lugar!- exclamo aun sorprendida, la mayor por su parte tomo de vuelta su cheque y volvió a guardarlo.

-Es el triple realmente, planeo liquidar mis rentas atrasadas y si todo va bien, me largare de esta pocilga- dijo sin más.

Jeongyeon conocía a Nayeon desde la secundaria, ambas eran muy cercanas, al grado de que muchas personas confundieron su relación... eso le causó mucho dolor a Nayeon y a alguien más... desde ese día, la mayor no se había vuelto a enamorar. Asechada por la culpa, Jeongyeon intento conseguir que su mejor amiga pudiera conocer a alguien, intentando presentarle amigos y amigas por igual, pero la coreana siempre rechazo cada propuesta. Le sorprendía que la mayor accediera a hacer tal cosa con una desconocida.

- Y ¿Ya conoces a la susodicha? Digo, si vas a enamorarla mínimo debe gustarte un poco- saco aquel comentario a flote, a lo que Nayeon simplemente se encogió de hombros.

-Chaeyoung no me dijo absolutamente nada, simplemente dijo que enviaría un mensaje para que me reúna con ella en algún lugar y pueda presentarme a su esposa e hija- contesto sin mucho interés la mayor. - ¿Supongo que primero hablará con su esposa? No tengo ni la menor idea de que tiene planeado realmente. Supongo que me mantendré al margen, además prometió darme la mitad de sus bienes si lograba gustarle a su mujer ¿Puedes creerlo? - la castaña soltó una risa burlona e incrédula, a lo que Jeongyeon no podía sentirse más incrédula.

-Diablos pues... si no la enamoras tú, me siento tentada a hacerlo yo- bromeo con el tema la más alta, causando que su mejor amiga también soltara una pequeña risita.

-Boba, tu eres una sentimental... claro que no harías algo así- Nayeon respondió dándole un ligero empujón a su amiga. -Solo espero que esto no se complique demasiado- finalizo la mayor levantándose por un poco más de café.

Jeongyeon miraba a la chica de espaldas. Se pregunto muchas cosas en ese momento, como es que algo así de singular le ocurría precisamente a Nayeon. La coreana mayor había tenido una vida un poco desafortunada en algunos sentidos. Sus padres, al enterarse de las preferencias de la chica, la dejaron a su suerte una vez que cumplió la mayoría de edad, la misma Jeongyeon junto a sus padres se encargaron de ayudar a la joven para poder terminar su escuela media superior, sin embargo, le fue técnicamente imposible poder trabajar y estudiar una universidad, por lo que Nayeon se vio forzada a dejarlo tan solo un año después de comenzar. Claro, no era posible conseguir un buen empleo si no tenía una carrera universitaria, por lo que terminó en JYPink como dama de compañía. Jeongyeon se sintió preocupada al principio, pues sonaba a un empleo algo riesgoso, con enfermos y pervertidos por aquí y por allá, pero una vez conociendo a aquel hombre, Park Jinyeong y su fuerte política que protegía a sus chicas, se sintió más tranquila.

Su economía tampoco era muy buena, pues aquel trabajo si bien, Nayeon podía mantenerse de el, no era suficiente para que la chica pudiera tener una mejor vida. El departamento que rentaba Nayeon no era de lo mejor, era sumamente pequeño y las personas que habitaban a los alrededores podían ser algo peligrosas.

Quédate a su ladoWhere stories live. Discover now