Capítulo 26 "Una mejor yo"

228 31 25
                                    

-¡Ah! Parece que es la última- Nayeon dejaba en su closet una última caja con pertenencias, después de un agitado día de mudanza, por fin estaba instalada en su nuevo hogar.

-No fue tan complicado y estas hecha un desastre, ya estas vieja- bromeaba Jeongyeon que entraba a la habitación con dos bebidas en sus manos, se acercó a la castaña y le entregó una, para que pudiera refrescarse.

-¡Ay por favor! solo nos llevamos un año de diferencia, además, tus rodillas crujen más que las mías- contraatacó Nayeon mientras, recibía aquella bebida y se refrescaba un poco.

La mudanza había sido divertida y nostálgica, aun recordaban ambas amigas como dejaron las pocas pertenencias de Nayeon en aquel pequeño y no muy bonito departamento. Jeong recuerda a Nayeon tratando de ocultar sus lágrimas aquel día. En respuesta, Jeongyeon la abrazó y la reconfortó, repitiéndole una y otra vez que todo estaría bien, que Nayeon no estaría sola jamás... que la tenía a ella. Estar en esta nueva etapa en la vida de Nayeon, era algo sumamente gratificante para ella.

Por fin después de tanto tiempo, podía ver a su mejor amiga crecer.

-Ya sé cómo hay que celebrar la llegada a tu nuevo hogar, hay que hacer una fiesta salvaje. Como aquellas que llegamos a hacer después de terminar los parciales de la universidad- sugería en broma la más alta, Nayeon solo negó con la cabeza mientras reía.

-¿Llegamos a hacer? Tú fuiste quien organizaba esas fiestas de mala muerte. Todos bebían y se manoseaban, mientras yo estaba agotada y triste- recriminaba, ganándose una de esas tan expresivas sonrisas de Jeongyeon, aquella en la que se podían apreciar todos sus dientes en el proceso.

-No niegues que la llegaste a pasar bien. No creas que no te vi encerrarte con un par de chicos y chicas alguna vez- codeaba a la mayor quien simplemente suspiro riendo.

-Basta, deja de hablar de mi triste y lamentable vida íntima. Mejor vayamos al comedor, lo que trajiste del restaurante de tu padre huele exquisito y cargar todo esto me tiene muerta de hambre- Nayeon simplemente evadió el tema y se dispuso a salir de la habitación.

Ambas amigas se dirigieron hacia el pequeño comedor de ahora 4 sillas y tomaron asiento. El padre de Jeongyeon había preparado el favorito de Nayeon para celebrar su nuevo departamento, con ello expresando su felicidad y buenos deseos para la castaña.

-¡Dios! Lleva queso extra, dile a tu padre que bendigo sus manos- Nayeon decía mientras tomaba un bocado de la comida, era delicioso.

-Él sabe que adoras tu comida con queso extra- respondió Jeong mientras se disponía a servirse algo de comida también, no fue hasta que el pequeño y chillón timbre del departamento sonó. -¿Esperas a alguien?- pregunto Jeongyeon.

-No, quizá son los vecinos que vienen a saludar- decía sarcásticamente Nayeon.

-Ni que fuera América...- respondió la más alta. -Yo abriré, tu sigue comiendo- y sin más, se levanto de su silla para dirigirse hacia la puerta con completa calma.

Cuando giró la perilla de la puerta y miró de quien se trataba, se quedó estática; de todas las personas, ella fue la que menos se le ocurrió podría estar ahí, aunque quizá dada la situación de Nayeon, era obvio que ella estaría ahí.
Pero eso no le dio tranquilidad en absoluto cuando, después de abrir la puerta, pudo apreciar a una bien arreglada Mina, cargando una canasta de frutas.

-¿Sorpresa?...- Mina decía un poco desconcertada, al ver que Jeongyeon era quien la recibía en el nuevo departamento de Nayeon.

Y después de eso, el silencio reinó entre ellas un breve momento, uno que a ambas chicas se les hizo casi eterno.

Quédate a su ladoUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum