capítulo 4 "Jamás"

386 38 8
                                    

La puerta de JYPink se abría, haciendo ese característico sonido titilante. Jinyoung miraba cautelosamente quien era el nuevo cliente que ingresaba al local, pero no se trató de uno. Por la puerta cruzaba una desalineada castaña, a quien se notaba que se le había hecho tarde para salir de su hogar, con el cabello desordenado y su camisa claramente al revés adornada con una mal colocada bufanda color celeste, Nayeon ingresaba a su lugar de trabajo soltando un cansado y fastidiado suspiro.

-Estaba algo inquieto por tu ausencia, Nayeon- El hombre salía a saludar a la recién llegada quien se tenso ante la presencia de su jefe. No esperaba encontrarse con él tan rápido aquella tarde.

-Discúlpame, no han sido los mejores días- respondía de tan simple manera, evitando en todo momento hacer contacto visual con el alto hombre. Estaba dispuesta realmente a ya no volver a aquel sitio, pero la inseguridad que le había dejado ese último trabajo la tenía mal.

Chaeyoung prometió llamarla para reorganizar un nuevo encuentro con ella y Mina. Evidentemente, ya había pasado al menos tres días desde su primer encuentro en la exposición de arte en la plaza principal, donde descubrió su tan alegre y desafortunado destino. Y tras la conversación con Chaeyoung, preguntándole si estaba dispuesta a continuar pese a que ella y Mina parecían tener algún pasado que tampoco le conto a la rubia, No hubo nada más que esperar.

Pero no había ni una sola llamada, ni un solo mensaje. Chaeyoung se había esfumado los últimos tres días y con ello, cualquier información acerca de un nuevo encuentro con la japonesa. Era claro que no podía quedarse a cuestas de lo que la artista rubia le pagaba, por lo que se vio obligada a regresar cuatro días después a JYPink para poder tener un poco más de dinero ahorrado.

Mucho enredo para explicar a Jinyoung el porqué de su ausencia.

-Para ti nunca son buenos días, Nayeon. Si necesitas un tiempo para descansar saber que puedes hacerlo- Explicaba el hombre mientras tomaba asiento en uno de los sillones de la sala de espera del local. -Solo espero que te tomes el tiempo de siquiera avisarme que no vendrás. Es preocupante para mí que ustedes no se comuniquen, tomando en cuenta que trabajan constantemente con personas desconocidas… ya sabes, no sabemos quién puede ser peligroso y quien no- El hombre dejaba ver el porqué de su angustia. La castaña por un momento se sintió un poco culpable.

-Relájate, sabes que puedo defenderme bien, además soy muy cuidadosa con eso- aclaro tratando que su jefe no intentara indagar más al respecto. No tenía ganas de explicar lo que en su cabeza había, porque ni siquiera ella misma era capaz de entenderlo del todo.

-Bueno, solo me gustaría saber que estas bien, solo eso- El hombre soltó un suspiro resignado y continúo hablando. -Revisa por favor tu calendario, un par de personas vinieron a solicitar tus servicios y aplacé los horarios disponibles por tu ausencia.

-Claro, en eso estoy- Nayeon se sintió más tranquila al saber que Jinyoung no le preguntaría nada más y se dispuso a hacer lo que él le había pedido.

Reviso si había fechas establecidas para ella y para su desgracia encontró una de ellas. Una estaba programada para las cuatro de la tarde, lo que significaba que debía confirmar el lugar del encuentro con su cliente y prepararse adecuadamente para encontrarse con él, pues no faltaba mucho tiempo para que llegara la hora.

Tomo tranquilamente su teléfono celular, destinado únicamente para el trabajo, y envió un mensaje al número de aquel cliente, confirmando la cita y el lugar donde se verían.

Una vez hecho aquello, se dirigió a la parte posterior del local, donde gran parte de sus compañeras asistían para arreglarse. Eran cuartos grandes que contaban con ropa diversa, espejos y por supuesto, mesas donde abundaba el maquillaje y perfumes. Todo lo necesario para una cita al gusto del cliente. Cabía resaltar que aquello era proporcionado por el dueño, puesto que prohibía a las chicas usar su propia ropa y accesorios, principalmente en busca de protegerlas posteriormente de cualquier sujeto con intensiones sospechosas.

Quédate a su ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora