Capítulo 22 "Mis cadenas"

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La mirada de ambos estaba fija en el otro, lo único que Mina podía hacer en ese momento era intercalar su mirada entre Nayeon y Seungkwan. Se encontraba algo inquieta al respecto, principalmente porque el coreano había traído muchas desdichas a la vida de Nayeon.

Nayeon sentía enojo al ver al chico ahí, no le importaba que Mina estuviera trabajando en su caso, simplemente algo en su interior sentía rechazo absoluto. Pero ya no eran unos adolescentes, ahora eran adultos maduros, en la medida de lo posible. Por lo que trato de calmarse y tomarlo de la mejor manera posible.

Seungkwan por su parte se sentía nervioso y hasta cierto punto, avergonzado. No era tonto, ese rostro sin duda lo recordaría siempre, y por cómo lo miraba ahora mismo, sabía que Nayeon si tenía muchos resentimientos guardados.
No era para menos, Mina le dijo que todo lo que hizo había arruinado la vida de Nayeon, se sentía mal al respecto. Y finalmente, al notar que ninguna de las chicas diría absolutamente nada, decidió dar el primer paso, aclarando su garganta.

-Di-disculpen la interrupción, solo quería saber cómo estaba Mina...- decía dando un par de pasos hacia atrás. Deseaba salir de ahí en cuanto antes.

-Estoy bien, Nayeon me llevará a casa. Jihyo dijo que un policía te escoltara de vuelta. El está en el primer piso, pídele su identificación antes de irte con él- Mina explicaba al chico lo necesario. También estaba algo nerviosa por la situación en la habitación.

- De acuerdo, gracias... Por todo, te debo la vida- comentaba el llamando aún más la atención de Nayeon.

La coreana lo miro más detalladamente, el tenía un vendaje en gran parte de su pecho y un parche en la mejilla. Jihyo le había dicho que hirieron a Mina en un pabellón mientras escoltaba a alguien... Así que solo llegó a la conclusión de que Mina estaba herida por culpa de él.

-Ve a casa, y por favor, ten mucho cuidado- Finalizaba la japonesa, tratando de hacer que el chico se fuera de una buena vez.

Pero para desgracia de la abogada, el se quedó aún de pie ahí, mirandolas a ambas.

-Si, gracias... - el agradecía, para después quedarse en silencio un par de segundos, tomando el valor suficiente. -Nayeon... Yo lo siento...- se atrevió a soltar.

La coreana dejó de verlo y trató de contenerse, no quería sentirse de aquella forma, con odio y enojo. Ella no era así, pero todo lo sucedido resultaba sumamente doloroso. Tenía tantas cicatrices que no había logrado olvidar, muchas derivadas de ese chico.
Lo perdió todo en un abrir y cerrar de ojos, su familia, su vida escolar y a la persona que amaba, todo por un deseo egoísta del chico.

Seungkwan solo observó como Nayeon apartaba la mirada de él, siendo Mina la única que podía ver qué expresión hacia Nayeon en ese momento. Se seguía sintiendo nervioso, pero no dejaría pasar la oportunidad, no quería seguir cargando con el remordimiento.

-Sé que te hice daño... Yo de verdad lamento lo sucedido- continuaba hablando el chico. -Si tan solo pudiera hacer algo para compensarlo...- seguía disculpándose, hasta que Nayeon volvió la vista a él con total seriedad, haciendo que callara.

-¿Compensarlo? ¿Puedes regresar el tiempo? ¿Puedes hacerlo para evitar que mis padres me echen de casa a raíz de esas fotos? ¿Para evitar ese sentimiento de nerviosismo todos los días antes de los almuerzos?- comenzaba a hablar Nayeon, mirando igual de seria al hombre coreano. - ¿Puedes devolverme los mejores años de mi vida, desperdiciados en trabajar como esclava por un sueldo miserable, que no podía mantener mi carrera y una casa? No solo perdí mi casa, perdí la oportunidad de ser alguien en la vida porque no pude ayudarme ni yo misma... - continuaba hablando, cada palabra era más y más dolorosa, no solo para Nayeon, sino para Mina y Seungkwan. - Perdí a la persona que amaba por tu causa...-

Quédate a su ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora