Capítulo 3

758 88 115
                                    

—Sr Dunbar, esto es algo delicado, como verá las cámaras captaron todo tal cual se lo relate, firmaron los documentos de entrega, el camión donde se llevaron la moto es claramente de su empresa, no hay mucho que yo pueda hacer más que informar a las autoridades y utilizar el último recurso.

—Hay una cosa que usted puede hacer, entregue otra motocicleta diseñada por su padre, de esa manera cuando las autoridades recuperen la moto extraviada será toda suya.

No lo podía creer, estaba insinuando que le diera una de las motocicletas de colección de mi padre, ¡ni hablar, eso nunca!, cada una de esas motocicletas marcaban un lapso importante en la trayectoria de McCall Motors y de la vida de mi padre.

Mantuve mi mirada tranquila y serena, pero por dentro tenía ganas de hacer cosas que no saldrían nada bien.

—Lo más sensato que puedo hacer es llamar a mi abogado y notificar a las autoridades, debería llamar al suyo también si gusta.

En ese momento tocaron la puerta.

—Adelante Sr. Blackburn.

—Buenas noches, Edward Blackburn un placer, Sta. Amelia, Sra. Amalia, un gusto verles de nuevo.

Un hombre de edad madura, con canas en su cabeza que resaltaban en su cabellera negra, muy prolijo y de traje con un maletín en mano ingresó en la habitación.

—¡Qué es todo esto?— preguntó el Sr. Dunbar confundido.

—Descuide Sr. Dunbar solo es por rutina y seguridad, haremos uso de nuestro último recurso en caso de no poder localizar al chico que sacó la moto del establecimiento— expliqué sintiéndome en control de la situación.

En la pantalla se vio como Derek iba entrando acompañado del sujeto que vino la última vez y suspiré aliviada, el Sr. Blackburn abrió su maletín, de éste sacó una carpeta y reconocí la copia del formato de recepción final, el documento que debía haber recibido hacía un tiempo atrás, el mismo día que la moto salió de aquí, con todo y lo de la muerte de mi padre lo había olvidado, nuevamente me reproché por haber sido descuidada.

—Bien, Sr. Dunbar— habló Edward Blackburn —esta conversación será grabado para fines de seguridad, no la compartiremos ni la haremos pública, será usada como único fin de respaldo, el bien en cuestión fue entregado hace 10 meses, este documento debió ser firmado en ese entonces al momento de haber sido recibida la motocicleta en manos de usted.

Se escuchó el sonido de la puerta abrirse y supe que se trataba de Derek.

—Buenas noches a todos, me acompaña el señor David Lewis, quien fue el encargado de transportar la motocicleta— explicó Derek.

El señor David parecía confundido y preocupado por la situación en la que estaba, y, ¿Quién no lo estaría?, había un abogado grabando todo lo sucedido.

—Buenas noches señor David, ¿se acuerda de mí?

—Claro que sí señorita McCall, vine aquí hace casi un año por la motocicleta del señor Dunbar— reconoció de inmediato el trabajador.

—Me puede decir, ¿Dónde se encuentra la motocicleta en estos momentos?

Sentía latir mi corazón con fuerza al momento de hacer esa pregunta, de lo que él dijera dependería lo que haría a continuación.

—No lo sé señorita, pero en aquel entonces recibí órdenes de llevarla a uno de los almacenes del sr Dunbar.

—¿Recuerda a quien entregó la hoja de recepción de entrega final?

—A la secretaria del señor Dunbar - dijo rápidamente el señor David.

—Eso es todo señor Lewis, muchas gracias por haber venido hasta aquí puede retirarse, Derek, llévale a casa por favor.

Desde ceroDove le storie prendono vita. Scoprilo ora