Capítulo 17

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Me parecía una locura, mi marca personal bajaba cada día, pero sabía que mi límite estaba cerca, cada vez me costaba bajar más, Charlie, Mike y mi madre me habían acompañado un par de veces, Karin también había venido y las juntas estratégicas con Derek y Paul, me habían hecho más eficiente en la pista, faltaba un mes para la carrera y yo necesitaba toda mi concentración en ella, la situación con Alexander era extraña, recordé ese beso en el auto la vez que Karin me dejó prácticamente tirada en el colegio.

Flashback.

Nos besábamos con frenesí, casi sin aliento, pero ambos nos negábamos a parar, el sonido de su teléfono hizo que nos detuviésemos con la respiración agitada, inhaló y exhaló antes de contestar, yo trataba de ralentizar mi respiración puse una mano en mi pecho mientras mi corazón martillaba contra él.

Miré hacia la ventana ignorando la llamada de Alexander, sentía un hormigueo en mis labios así que me llevé los dedos a ellos, no tenía nada, pero los sentí hinchados, me miré en el espejo y en efecto así era, estaban rojos, no sabía qué pensar respecto a lo que había hecho y el porqué, oí el motor del auto, miré como Alexander se colocaba el cinturón de seguridad, me puse el mío.

—Hay una emergencia en la sede de Suiza— explicó.

Asentí entendiendo.

Miró mis ojos y después mis labios, tiró levemente de la comisura de su boca como si quisiera sonreír, nos miramos con complicidad y salimos de ahí.

Fin de flashback.

Me negaba a contarle a Karin, era de su hermano de quién hablábamos; además, Alexander y yo no éramos nada, habíamos vuelto a besarnos un día en el que me quedé en su casa, pero aun así no éramos nada más que un par de adolescentes hormonales.

Flashback.

Llegamos cerca de las 3:00 am del sábado a casa de Karin, me dirigí a la misma habitación que usaba cuando me quedaba ahí, me di una ducha y me coloqué un pijama que consistía en shorts cortos y una playera un poco larga que cubría el short.

Me di cuenta que no había agua ya que era una habitación que prácticamente no se usaba, así que bajé a la cocina encontrándome a Alexander que estaba por salir con un vaso de agua, él no traía playera solo el pantalón de la pijama, no pude evitar que mi mirada divagara por su cuerpo muy bien ejercitado, cuando subí la vista a su rostro notando que él también miraba mis piernas descubiertas.

Nuestras miradas se encontraron y como si de imanes se tratara nos besamos con urgencia, me empujó contra la pared y yo no puse resistencia, coloqué una mano en su pecho, la piel fría de Alexander se sentía tan suave al tacto mientras que con mi otra mano abracé su espalda, metió sus manos debajo de mi blusa estremeciéndome por el frío de su mano, me sujetó de la cintura deslizando sus dedos en ella al mismo tiempo que me pegaba a su cuerpo y continuamos besándonos hasta que nos quedamos sin aliento, rompimos el beso, pero nos quedamos quietos unos segundos en lo que nuestras respiraciones se calmaban, cuando lo logramos me dio un beso en la frente.

—Buenas noches Amelia— dijo mirándome a los ojos.

Sonreí.

Esos benditos ojos hipnóticos, tomó el vaso con agua que había dejado en la encimera.

—Buena noche Alexander— le devolví.

Por primera vez lo vi sonreír completamente antes de que saliera de la cocina.

Me quedé con una sonrisa estúpida, hasta que recordé que había ido por agua.

Fin de flashback.

Desde ceroWhere stories live. Discover now