Capítulo 15

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Había pasado un mes desde que todo el colegio sabía de mi verdadero apellido, la aparición de Alexander por una semana de clases en las que no había exámenes armó revuelo, durante esos días nadie volvió a decir nada de mi padre o de mí, después fueron pocos los que se atrevieron. Todo iba muy bien, Karin seguía pidiendo esa carrera a la cual me seguía negando, aunque lo que no negaría era las ganas que tenía de medirme con ella, era una gran corredora, yo lo sabía muy bien y solo me había bastado verla correr una vez.

Mis hermanos de crianza me visitaron la semana pasada, a todos les agradó Karin en especial a Derek, sé que le gusta, pero estoy segura de que si le preguntase lo negaría en el acto, Alexander no frecuentaba mi casa por lo que a él no lo conocieron, teníamos cierta relación cordial, seguía teniendo esa actitud de iceberg arrogante, pero ya no hacía comentarios tontos como antes.

En su visita mis hermanos trajeron consigo la motocicleta que correría, por lo que en el corredor de la residencia ahora se encontraba una caja con mi motocicleta a bordo.

Se trataba de una belleza deportiva blanca con acabados en rojo brillante, delgadas líneas verdes a lo largo de la moto mientras en la parte inferior remataba con una franja negra con el número 27 escrito en color azul, con un motor turbo 1299 CM3 que alcanza velocidades de 500 KM/h, aunque sólo mi padre la había llevado a ese nivel.

Paul; uno de los técnicos más viejos que alguna vez asesoró a mi padre se mudaría por los 3 meses para asesorarme, Derek y Dylan me asistirían a distancia, mientras los demás competidores entraban en las clasificatorias yo me entrenaría después de clases para la competencia, ya habíamos acordado fechas con Timothy, el dueño de la pista en esta ciudad.

Karin me aseguró ir a la carrera y yo le prometí correr contra ella dónde Said, sólo si ganaba, como era de esperar se puso mega feliz, me exigió entrenar lo suficientemente duro como para ganar, pero McCall siempre corre para ganar.

A mitad del receso de invierno inicié mi entrenamiento, aunque solo era para volver a acostumbrarme a mí motocicleta el entrenamiento real sería mucho más pesado que el de ahora.

El lunes siguiente seguí el auto de Karin al colegio como casi siempre, si no seguía su moto era a su auto, de esa forma yo no me excedía en la velocidad, era como una especie de nana, el hecho de que fuera casi 3 años menor que yo me causaba gracia, luego del receso solo faltaban  6 meses para la graduación, pero no me mortificaba con eso ahora mismo, tenía que centrarme en ganar la competencia.

Apagué la moto en el estacionamiento a un lado del auto de Karin, me retiré el casco y mi cabello se ondeó, logré visualizar la mirada sobre mí de algunos chicos y una que otra chica, aquello me hizo sonreír, bajé de mi moto y Karin me extendió mi mochila.

—Si, si, ya todos vimos que eres guapa, ¡vamos!— mencionó Karin con sarcasmo.

Sonreí ampliamente mientras caminábamos a nuestros locker por los pasillos, saqué mis libros de la clase siguiente y al cerrarlo me percaté que había alguien junto a mí, está vez me fijé antes de moverme un solo centímetro por si acaso y en efecto había alguien, pero para mí suerte no era Alexander.

—¡Hola!, soy Travis Porter.

—Un placer... Amelia— me presenté.

Me pareció extraño que alguien se me acercara.

—Karin, hasta luego— habló cortante.

Sentí la mano de Karin sujetar la mía mientras me arrastraba al aula.

—Oye, ¿Qué fue eso?—

Pregunté una vez en nuestros asientos.

—No teníamos tiempo para socializar, aquí viene el profesor.

Desde ceroWhere stories live. Discover now