Capítulo 26

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Tres años después

Caminaba por las calles de la ciudad universitaria, era mi último año y faltaba poco para graduarme, llevaba toda la mañana de tienda en tienda, hasta que sentí que me seguían así que continúe caminando por zonas concurridas llenas de cámaras de seguridad, me giré para ver si realmente me seguían y me pareció ver a Alexander, pero desapareció entre la multitud, por instinto caminé hacia donde creí haberlo visto, pero me detuve porque ya no estaba y.., ¿qué iba a hacer?, ¿hablarle?, ¿después de ignorar su existencia todos estos años?, aunque hay que decir que él también se había alejado por completo de mí.

Aún recuerdo la temporada de exámenes finales de la preparatoria, pasó junto a mí como si no me hubiese visto de nuevo con esa personalidad de iceberg con la cual se escondía el verdadero Alexander, recuerdo haber apretado mis puños para no irme sobre él y exigirle que me explicara. Karin me convenció de ir a la graduación ya que Alexander viajaría por negocios y ella quería estar con su única y mejor amiga, aunque pasé a segundo plano en cuanto vio a Derek.

Trish y Dylan habían decidido estudiar en la universidad local, Sammy viajó a Francia como tenía planeado y Derek inició su carrera médica, mientras que yo decidí estudiar fuera del país. Seguí compitiendo en motociclismo, hacía poco había ganado mi cuarta copa consecutiva, había corrido en otras competencias importantes, pero ese día anuncié mi retiro de las competencias para tomar las riendas de McCall motors.

Ahora las cosas eran diferentes, yo era diferente, desde luego Karin me acompañó a todas y cada una de las competencias. El primer año luego de la ruptura por algún motivo esperaba ver a Alexander ahí, pero después simplemente dejé de esperar algo de él. ¿Que sí intenté retomar mi vida amorosa?, claro que sí, aunque fracasé de forma olímpica, desde entonces solo me dediqué a mis estudios y los reportes de McCall motors que recibía por Paul o los encargados que habíamos contratado ya que Derek se había dedicado a sus estudios, por supuesto sin descuidar a Karin, se vean muy lindos juntos, pero lo más importante es que eran felices. 

Seguí caminando por las calles de la universidad, al llegar a la residencia saludé a mi compañera de habitación, Sofía, quien juraba que yo era lesbiana porque; nadie en sus cinco sentidos rechazaba a Roland el guapo, atlético y carismático mariscal del equipo de la universidad", no sé qué más dijo antes de que me perdiera en mis tareas.

Me sentía diferente, realmente me sentía lista para salir de ahí y empezar con mi vida, quizás no había olvidado a Alexander, pero si superado. Al inicio tenía pesadillas sobre la muerte de Alison, muy tenebrosas, así que busqué en internet un poco lo ocurrido encontrando que había sido un accidente de tráfico por exceso de velocidad, eso detuvo las pesadillas, pero seguía sin entender por qué Alexander se culpaba y al parecer moriría sin saberlo.

Se acercaba la ceremonia de graduación y con ella la dichosa celebración, estaba feliz de por fin haber terminado mis estudios, quizás después de esto tomaría algún curso a distancia de un nuevo hobby. Estaba recostada en mi cama y me quedé dormida, por extraño que parezca soñé con Travis Porter, el chico extraño que prefería ignorar a Karin y hablarme a mí, en mi sueño sonreía de una forma tenebrosa desde una esquina en la cafetería de la preparatoria, me levanté de golpe y estaba sudando. 

Mi compañera tenía la costumbre de ir de fiesta casi diario así que estaba sola, aún me sorprendía cómo es que iba a graduarse, pero no era mi asunto, me levanté para hacer un té, me paré junto al ventanal mirando hacia afuera mientras sostenía aquella humeante taza de té y en el momento comenzó a llover. Si Sofía no había llevado un impermeable volvería como polluelo recién salido del cascarón, reí ante mi ocurrencia.

Me quedé por un tiempo viendo la lluvia escurrir por el cristal, hoy estaba demasiado nostálgica y qué coincidencia que decidiera llover justo ahora que había despertado. Por la mañana desperté cerca de las 10:00 am, Sofía no había vuelto, era domingo así que no importaba realmente la hora, la notificación de videollamada en Skype se activó en la laptop que había en mi escritorio así que me levanté para tomarla.

Desde ceroWhere stories live. Discover now