Capítulo III

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Me las arreglo para recuperar algo de mi gloria y fama la semana siguiente. Después de un espectáculo satisfactorio en medio de la cafetería, tocando mi lindo ukelele y cantando una canción propia, recuperé a algunos de mis mortales e incluso conseguí a alguien con quien coquetear.

Es el capitán del equipo de baloncesto de la escuela secundaria. Alto, de complexión atlética, piel oscura con un tono de chocolate con leche, cabello corto y rizado, ojos castaños claros, manos enormes y boca llena. Un mortal delicioso que besa tan bien como juega.

Intercambiamos coqueteos durante unos días hasta que nos detuvimos en el baño para besarnos. Entonces se hizo común que fuéramos allí en el recreo.

Estaba bien con él, ganándome elogios por mi voz, que es lo que me deja con un ego inflado, besos húmedos y viendo su práctica en la taquilla. Diría que estábamos teniendo una relación típica de adolescentes de secundaria. No lo niego, está delicioso.

Y ahora estoy con él en el baño del vestuario, sentado en el lavabo mientras él está entre mis piernas, agarrándome por la cintura y besando mis labios de la manera dulce y pequeña que solo él hace.

De repente, deja de besarme y gime de dolor, frotando una mano a los largo del final de su columna.

-¿Qué pasó?-pregunto preocupado, frunciendo el ceño cuando lo veo inclinado sobre mí.

-¡Ay! Creo que... algo me pico la espalda.

Empiezo a desesperarme y salto del fregadero, apoyándolo en mis hombros mientras se ve mareado.

-¿Qué? Debe ser un insecto, déjame ver- Encuentro una flecha clavada en su espalda y maldigo en voz baja en griego. -Ven, te llevaré a la enfermería.

Camino con él, abrazando su cintura para sostenerme, y llego a la enfermería. Con suerte, se tomaría un analgésico y no tendría que explicar que fue un maldito mestizo el que lo atacó con una flecha. Se lo entrego a la enfermera y me apresuro a perseguir al culpable.

-¡Idiota!- señalo con el dedo a Harry. -¿Por qué hiciste eso?

-Deberías agradecerme- dice con indiferencia.

-¡¿Por qué te lo agradecería?!

-Te hice un favor-dice. -Te estaba besando.

Gruño.

-¿Un favor? Lo estaba besando. ¿Y tú qué tienes que ver con eso? ¿Quién eres tú para evitar que la gente me bese? Puedo decidir si quiero que me besen o no.

-Sé que realmente no quieres besarlo.

Harry se me acerca y yo retrocedo un paso por reflejo.

-Lo sé porque estoy seguro de que a quien quieres besar es a mí.

-Mentira.

Se acerca.

-Aléjate o te quemare- amenazo.

-No, no lo harás...- Harry toca mi brazo, pero retira su mano rápidamente, maldiciendo. -Uy, estás caliente, bebé.

-Si me tocas de nuevo, verás lo caliente que estoy realmente.

-Hmm, me gustaría probar tu calidez- Harry sonríe.

-¡No! No. No en ese sentido, idiota.

Pongo los ojos en blanco y me dirijo a la cafetería, dejando a Harry atrás y decidido a disfrutar el resto del descanso comiendo.

Cuando creo que me deshice del hijo de Himeros después de demostrar que puedo quemarlo cuando quiera, ahí está sentando a mi lado con una bandeja en la mano. Como si fuéramos amigos y él solo estuviera aquí para tomar un refrigerio informal conmigo.

Sexual Appetite ⭇larry stylinson ||Traducción OficialWhere stories live. Discover now