07. Salem

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<<Mierda. Se me ha olvidado darle mi reporte.>> pensé

Me doy la vuelta para volver abrir la puerta del director.

Giro la perilla y entro.

—Se me había olvidado darte esto— le digo con voz fría, extiendo mi mano con el reporte en ella, él me mira esperando que le diga algo más. —¿Acaso no lo vas a tomar?— le digo irritada

—Siempre es lo mismo contigo, ¿no?— me dice con tono sarcástico.

—Nada personal— le digo con una media sonrisa.

Él resopla y lo toma.

Sólo le doy una sonrisa fingida y cerré la puerta.

Empecé a rondar por todo el instituto, nada fuera de lo normal, aunque tampoco es algo por lo que sorprenderse, el edificio no es tan grande como otros que tenemos por el norte de la ciudad.

Una escuela normal con aulas para todo grado escolar: desde kínder hasta preparatoria; en el aula oeste están los de primaria, al norte están los de kínder, al este podemos encontrar a la secundaria y en el edificio del sur en la segunda planta estamos nosotros; preparatoria.

No somos la típica escuela que encuentran en las películas o los libros; con casilleros, cafetería, laboratorio, y cosas extravagantes. Aquí llegas, saludas, entras a tu salón correspondiente con tu mochila reventando por tus libros y otros útiles que lleves; nunca hay algo interesante como nos lo hacen creer en Hollywood a excepción de cuando algún estúpido hizo querer explotar la escuela cuando solamente pudo quemar los pocos arbustos que tenemos.

Aquí no podéis salir cuando quieras o "escaparte", no aquí no, sólo existen 3 salidas y todas están custodiadas por los guardias de seguridad o por los maestros, lo cual me lo complicaba hasta hace 1 año que descubrí un escape que nadie protege.

Llego hasta las escaleras de mi edificio para subir a las aulas.

Empiezo a subirlas.

Paro después de 8 escalones.

La escalera no es totalmente recta, tiene un escalón más grande donde da la vuelta la escalera y me quedo ahí. Siempre los conserjes dejan una escalera, pero ningún directivo se da cuenta o simplemente no la quitan, lo que me beneficia.

Miro a ambos lados para asegurarme que nadie esté viniendo, acomodo la escalera para empezar a escalarla.

El edificio de mi escuela tiene unos salones extras que no se usan en la parte de atrás y esos están juntos, donde está el hueco de la escalera lo que me da facilidad de escaparme e ir a mi cita.

Ya estando en el techo de esos edificios hay una pequeña barda gruesa que rodea a las casas de ahí, bajó hasta ahí y salto.

Salí de la escuela.

Camino dos cuadras por detrás de los salones que acabo de salir y ahí veo un coche de color blanco un poco elegante para mi gusto.

En la cajuela veo un lector de huella digital en la parte izquierda de, coloco mi dedo y siento un leve cosquilleo al esperar a que se abra el coche.

Ping.

Mi huella ha sido verificada y la puerta del conductor se abre.

Mierda tío, ¿quién es este tipo?.

Al entrar al coche me golpea el olor a sangre y a rosas, busco debajo del asiento las llaves y ¡bingo! las he encontrado, enciendo el motor y veo en la pantalla una ubicación.

<<—Si quieres encontrarte ahí, vamos—>> pienso mientras empiezo alejarme del instituto.



[...]



—Señor la chica ha llegado

—Mierda Smitch— refutó con irritación —te he dicho mil veces que no me llames señor— Este hombre no aprende, no entiendo el por qué me sigue llamando así cuando le he dicho que pare hace algunos años

—Sí, lo siento se...— lo fulmino con la mirada — Lo siento Salem— recalca

—Déjala pasar— replico

—Muy bien señor— este tipo me va a sacar canas a muy temprana edad, se retiró y escucho que le dice: —puedes entrar— y seguido de una voz de chica que conozco perfectamente —claro que puedo entrar idiota, él me mandó a llamar; aquella chica entra a la habitación.

—¡Liz!—digo con mucho entusiasmo —Un placer volverte a ver

—Dime que quieres— me dice fríamente

—Vaya, he visto que sigues siendo tan encantadora como siempre— me mira fijamente con esos ojos negros tan fríos que tiene, veo que trae el pelo un poco alborotado —has tenido una estupenda mañana, ¿no es cierto?— le digo con tono pícaro

—No estoy para juegos, sé que quieres que haga algo, dímelo y me retiraré

—Bien— mascullo serio —Sé que aquella misión que te di hace tiempo me la completaste correctamente, pero la que te di cuando, ya sabes, "viajaste"— hice comillas con mis dedos —no resulto tan satisfactoriamente como debía—

—Mandaste sujetos para matar a Abel— dijo calmadamente —no puedo irme hasta dentro de 2 días, recuerda que este viaje fue muy largo y necesito recuperar fuerzas para poder realizar los encargos correctamente, además no salí muy invicta esta vez porque...

—Lizbeth...cállate, hablas demasiado, siempre pensé que eras una persona de pocas palabras— no me molesta que hable sinceramente, pero a veces necesito que me digan lo único que les pregunto y no su historia de vida.

Me mira con recelo cuando la interrumpí.

—Bien— escucho que dice algo en otro idioma muy bajo —Ahora, dime lo que debo hacer

—¿Estás libre esta noche?

—Depende

—Bien, te paso a recoger a las 10pm de esta noche, puedes retirarte— veo que asiente con la cabeza y sale del cuarto, al cabo de un minuto la escucho decir: —suéltame idiota, sé la salida, no soy un animal—, a veces me exaspera y en otras solo la quiero degollar; típico.

Puedes Ser Parte De Mí© [𝕰𝖓 𝖕𝖗𝖔𝖈𝖊𝖘𝖔]Where stories live. Discover now