18. AZAZEL

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Spoiler alert: Será un capítulo largo


Pasado

Año: Desconocido


Otro golpe azotaba mi cara.

—Maldito— me gritaba agarrándome del cuello de la camiseta ya manchada de mi sangre.

Un golpe más.

—¡Muérete de una vez!

Escupí sangre.

—No te daré ese placer— dije entre dientes y reí, mi risa sonó seca y áspera.

Él seguía gritándome.

Mi vista estaba borrosa por las múltiples contusiones generadas por los golpes.

Esta vez sentí el golpe entre mis costillas, se sintió más fuerte que los otros.

Mi audición no estaba del todo excelente por lo que no pude entender lo que les decía, sólo murmullos.

Así estuvo por 5 minutos más.

Golpes y golpes.

Toda mi vida se reduce a eso: meterme en problemas y luego pagarlos.

Tal vez me haya desmayado por un momento.

—¡DIME EN DÓNDE ESTÁN!

Le escupí en la cara.

Tenía solamente medio ojo para tratar de reconocer lo que tenía a mi alrededor.

Me pusieron un trapo en mi cara, casi asfixiándome. Luego me tiraron agua, lo que me cortó la respiración por unos dos minutos ocasionando un dolor insoportable en mi pecho. Cuando finalmente deja de correr el agua en mi rostro doy bocanadas del poco aire que me llega.

—Déjalo en la calle, no creo que logre sobrevivir este pedazo de mierda.

Alguien se acercaba a mí.

Estaba demasiado débil para resistirme, todo mi cuerpo estaba molido con tres contusiones graves por todo mi cuerpo, y una pequeña hemorragia.

Joder, dejó vivo, algo debió haber pasado para que me deje vivo.

Alguien me eleva del piso donde me encuentro tirado.

Asimilo ver a Salem hablar por teléfono con alguien, sus labios forman la palabra lo siento.

Maldito traidor, le lame el culo al jefe para que él se quede a cargo en un futuro, cabrón de mierda, espero y nunca pase eso.

Escucho un motor encenderse y luego me avientan adentro de él.

—Ya sabes qué hacer— le dice a quién probablemente sea el chofer del vehículo.

Y empieza andar el coche

...

No puedo deducir el tiempo que ha estado manejando, lo único que siento son baches y algunos ruidos leves que mientras más avanzamos empiezan a subir.

El tipo no tiene ninguna compasión al frenar.

Nuevamente siento unas manos grandes y firmes en mis hombros, me levantan y me tiran como un saco al piso duro y rocoso, mi cuerpo doliendo del orto, todos mis músculos vuelven a doler con mayor intensidad.

Mis ojos estaban vendados por lo que no logro ver nada.

La gente reacciona ante al cuerpo frente de ellos, todo ensangrentado y molido a golpes; algunos llaman a la ambulancia.

Puedes Ser Parte De Mí© [𝕰𝖓 𝖕𝖗𝖔𝖈𝖊𝖘𝖔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora