15. Lo sabe

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Una voz me sacó de mis pensamientos.

—Te he dicho que qué quieres— era Abel a unos cuantos metros de ella

—¿Qué? — respondí desconcertada.

Solo hace unos momentos había visto una escena donde ella lo mataba porque le dijeron que no era él.

<¿qué te pasa Liz?>

<MÁTALO>

<¿no disfrutaste la escena donde lo matabas?>

<él te quiere hacer daño>

<Mátalo>

<Sí, mátalo>

<MÁTALO>

<MÁTALO>

—CÁLLENSE— gritó irritada, tapándose los oídos con sus manos.

<JA-JA-JA-JA>

<Débil>

<Estorbo>

<Maldita cerda>

<Eres una mierda de persona>

—¡CÁLLENSE DE UNA PUTA VEZ!

Y de ella salió una energía que derribó algunos árboles a su paso, y también a Abel.

Desmayándose.





Cuando abrió los ojos vio que estaba en una especie de cuarto desolado color azul.

Trató de levantarse, pero no pudo, unas ataduras la tenían esposada a la silla cristalina en la que estaba, pies, piernas, manos, brazos, estómago, totalmente inmovilizada.

Se sentía diferente, lo sabía.

Una voz empezó a salir de todos lados.

—Bienvenida de nuevo

—Bienvenida a casa

—Bienvenida a casa

—Bienvenida a casa

—Bienvenida a casa

Y así repetían una y otra vez esas voces.

Las mismas voces que oía ahora le hablaban, todas decían lo mismo bienvenida, bienvenida a casa, ella no entendía nada.

Cerró los ojos tratando de calmarse a sí misma.

Luego las voces cesaron de golpe, pensó que finalmente se había ido de ese lugar como aquella vez, pero no, estaba equivocada, seguía ahí.

Trató de zafarse como pudo, pero no lo logró.

Volvió a mirar a su alrededor para ver si algo había cambiado.

Nada.

Todo seguía azul.

—mierda— susurró para sí

Las paredes sonaban.

Hacían unos pequeños ruidos, como si reventarán una burbuja; alzó la mirada y vio que unos ojos, miles de ojos empezaron a aparecer en las paredes, todos viéndola fijamente.

Seguían viéndola.

Todos eran de diferentes colores, iris, pupilas, piel; todos diferentes.

Y como aparecieron se fueron.

En una de las paredes apareció una abertura la cual pareció abrirse como puerta y de ahí salió una persona, no se le veía la cara.

—Al parecer no podemos torturarte— una voz conocida resonaba por toda la sala

Puedes Ser Parte De Mí© [𝕰𝖓 𝖕𝖗𝖔𝖈𝖊𝖘𝖔]Onde histórias criam vida. Descubra agora