Capítulo 68: Conflicto en la Isla Hierro.

211 21 19
                                    

El humo ya se veía a la distancia.

—Parece que las cosas ya son bastante complicadas. —Comentó el líder de gimnasio, demostrando preocupación con su voz y expresión facial—. Solo espero que estemos a tiempo para evitar una tragedia que se pueda lamentar de verdad.

—Si sigue pensando así lo único que hará es estresarse más antes de tiempo. Tranquilícese. —Y a su lado, el Campeón de Kalos se mentalizaba para intervenir en cuanto pudieran, manteniendo un porte sumamente calmado a la par de imponente—. Estarán bien. Cuando lleguemos vamos a darles el gusto de relajarse y sentarse un rato antes de dejarlos irse a casa por unos días. ¿A que suena bien?

—...Si, hay que admitirlo. —Como era de esperarse, para todo lo que habían hablado hasta ese punto, a Byron no le fue difícil tomarle la palabra al albino—. Seguro les gustará la idea.

El grupo entero confirmado por el Líder del Gimnasio de Ciudad Canal y la Brigada Dai-Gurren estaban listos para la acción. Aún en el bote y con unos cuantos minutos antes de tocar tierra, ya podían darse cuenta de qué tan rápido necesitarían moverse cuando estuvieran ahí. Sin embargo eran conscientes, sin saber qué tan mal estaban las cosas realmente, su libertad para hacer planes era limitada.

Cómo sea, no es como que eso fuese un problema. Solo harían lo que siempre hacen.

Lanzarse de cabeza al problema e improvisar alguna tontería.

—¡Más rápido! ¡Acabaremos con esto lo más pronto posible!

—Ahora que lo pienso. —Arata alzó la voz repentinamente, atrayendo la atención de medio barco—. ¿No deberíamos haberle avisado de este a la Enfermera Joy?

—Algo tarde para ser consciente de eso, niño. Pero no te preocupes. —Byron calmó sus dudas—. Antes de llegar al puerto llamé al centro Pokémon. También le ofrecí a la enfermera viajar con nosotros, pero prefirió hacer las cosas por su cuenta.

—Así que eso fue el Altaria de antes. —Ryū murmuró con la mirada perdida en el cielo. Aunque de cualquier modo fue escuchado por todo el mundo.

—Con que te diste cuenta, ¿Eh? —El mayor soltó una risa ligera—. ¿Por qué no me sorprende, Rey Dragón?

—Je. ¿Qué puedo decir? Tengo buenos ojos.

—No es cierto, solo estaba haciendo el tonto y vió al dragón por pura casualidad. —Y de la nada Rouse intervino—. Lo sé porque estaba justo a su lado.

—...

—Uuhhh. Pillado en 4K hermano. —Dijo Akashi, sin molestarse en aguantarse las risas.

—Buen intento Ryū. La próxima vez trata de que tu ama y señora no esté cerca para exponerte. —Agregó la castaña, haciendo uso del infaltable y justificado tono de burla.

—Haa... Hoy en día ya no se puede confiar en nadie.

La tripulación se dió el gusto de disfrutar de la pequeña calma que aquel grupo de jóvenes formó para ellos en medio de una situación tan estresante y al mismo tiempo preocupante. El esfuerzo por enfriar sus cabezas se apreciaba. Una labor muy bien hecha para ellos. Ya podrían sentirse un poco más orgullosos una vez todo ese embrollo estuviese solucionado.

Sin embargo esto estaba lejos de hacer que se les olvidara lo que tenían que hacer.

Y ese pensamiento quedó reforzado cuál acero en cuanto el barco finalmente tocó tierra.

Lo que antes era un cúmulo de gente perfectamente callada se convirtió en lo más cercano a un pelotón de combatientes que saltaron hacia tierra y comenzaron su avance sin esperar a la primera ráfaga de aire. Y con la Dai-Gurren y su Líder de Gimnasio al frente, las cosas se veían todavía más seria.

Sin Límites | Pokémon |Where stories live. Discover now