Capítulo 64: Flama de Dragón.

240 30 54
                                    

—Ichi. Batoru o shitanara.—Levantó su puño al cielo con emoción.—Ni. Warau ka naitatte ¡San De...! Nakama ni narou yo~♪

—¿Qué carajos está cantando?—Preguntó el pelirrojo, al escuchar aquello se había sentido raro y nostálgico a la vez. Lo peor es que no tenía la menor idea de por qué había sucedido.

—Sinceramente no lo sé... Pero por alguna razón me es familiar.—Contestó la castaña, en el mismo estado que Akashi.

Un nuevo día se desarrollaba en Sinnoh y el grupo que antes había tenido que separarse del dúo DragonRose se estaba preparando para partir nuevamente.

—No puedo creer que de verdad se hayan ido... Pensé que los encontraríamos aquí por lo complicado que se veía todo.

—Lo sé, tampoco pensé que pudieran irse, aunque me alegra saber que ya están bien.—Secundó el pelirrojo.—De cualquier modo ya sabemos dónde están, aún así me sorprende que Rouse ni siquiera enviará un mensaje para avisar.

—Olviden eso.—Intervino el pelinegro.—¿Ninguno se ha cuestionado qué carajos pasó aquí? Digo, hay una maldita marca gigante de quemadura en el jodido suelo.

—Eh, eso se ve como un Trueno, realmente no me es díficil imaginar que sucedió, por eso no le presté atención.—Expuso su punto de vista, encogiéndose de hombros ante lo que para él era una situación sin demasiada importancia.

—Si, si, lo sé, posiblemente Nova o Laxus aprendieron Trueno y querían practicar con él.—Dijo, dejando claro que había entendido también, pero que de igual forma le parecía que había algo fuera de lugar.—Lo raro, es que lo usarán habiendo tantos árboles cerca, porque Ryū podrá ser idiota para muchas cosas, pero es alguien que tiene mucho cuidado con este tipo de lugares.

Ahí le dieron la razón, inclusive habían visto bastantes veces como hacía que Acnologia se contuviera con sus llamas para no terminar iniciando algún incendio por error mientras estaban en medio de algún bosque. Aunque aún así eso no le impidió hacerse muy diestro con el manejo de su propio fuego.

Y aún no terminaba.

—¡Lo raro es que lo hubiesen usado en el mismo lugar donde estaba la tienda de Ryū y Rouse!

En ese momento cayeron en cuenta, recordando con claridad todo de ese día y que, efectivamente, ahí se encontraba la tienda en la que tenían al albino aislado.

—Muy bien... Esto es extraño.—Soltó Nahomi, sujetándose del mentón, tratando de imaginar las razones para eso.

—¿Verdad que sí?

—...

Pero para Akashi, que ya sabía casi todo, era mucho más sencillo el imaginar lo que sucedió con exactitud.

"Ya veo... Aunque no me sorprende." Pensó con una gran sonrisa y una alegría que se guardó para si mismo. " Sabía que lo conseguirías."

Sabía que no hacía mal en confiar en su rival y en su fuerza independiente, al final todo había salido como debería. Podría estarse tranquilo, sabiendo que seguramente lo encontraría tirado en el suelo con la mirada perdida, durmiendo o entrenando, que era la única cosa que no le daba flojera hacer, y eso, porque era totalmente necesario.

—Como sea, les preguntaremos cuando los veamos.—Afirmó con tranquilidad, tomando la mochila que contenía sus cosas.—Pero eso no se podrá si nos quedamos aquí, así que hay que seguir moviéndonos.

—Haa, bueno... Siempre es bueno visitar uno de los tres lagos.

—Bueno...—Se rindió.—Ano hi datte, Kono hi datte, itsudatte soushite ita... Saki mo mienai, hate mo shiranai, ¡Sekai ga soko ni aru kedo!~♪

Sin Límites | Pokémon |Where stories live. Discover now