Capítulo 28: Admiración.

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—¿Enserio estoy así de jodido...?

Arata estaba haciendo un testamento dentro de su cabeza, con cada parte de su cuerpo congelada mientras veía como a aquel bicho de enormes proporciones agitar sus alas para finalmente quedar suspendido en el aire, acercándose a el lentamente.

—¡Vence al Pokémon dominante y podrás considerar tu prueba finalizada!—Gritó Chris a la distancia.

—¡Gracias por la información tan obvia!—Le gritó devuelta.

—¡Suerte amigo, no te distraemos más!

Volvió a mirar al frente y sin esperarlo ya tenía al gran Pokémon con sus mandíbulas casi en su cara.

No mentiría, por poco se muere del susto y no era para menos, pero mayor a su miedo fue su sorpresa al ver que el Vikavolt no le hacía nada a pesar de que estaba tan cerca y con aquellas armas perfectamente podría arrancarle la cabeza si así lo quisiera.

En cambio este solo se alejó y esperó.

—Hijo de... Me asustaste mucho.—Se sujetó el pecho tratando de recuperar el aliento que había perdido, teniendo en mente que claramente esa cosa no planeaba hacerle daño directamente a él.

Ahora mismo entendía mucho más a Ryū, de pronto ya no se le hacía raro el tema de su inesperado don para entender a los Pokémon.

Si aún existía en el mundo que dudará sobre ello, no valía la pena preguntarse qué tan inteligentes podrían llegar a ser esas criaturas.

—Hagamos esto, ¡Kong!

Un danzante Darumaka salió al campo de batalla, encogiéndose luego de ver las proporciones de su adversario.

—Que no te intimide su tamaño amigo.—Estaba pidiendo mucho y lo sabía.

Una gota de sudor se desplazó por su mejilla y cayó al suelo.

El sonido fue audible para cada ser presente, y el combate inicio.

Con un el chillido ensordecedor del tipo bicho, este fue cubierto totalmente por una extraña aura y entonces Arata pudo notar como sus aleteos se hacían aún más rápidos de lo que ya eran, la fuerza con la que lo hacía y la electricidad desbordando se de su cuerpo.

—No me jodas...

Esto es a lo que llaman energía de la vida, que en Alola es mucho más fuerte que en cualquier otro lugar del Mundo Pokémon, y que además es aprovechada por los Pokémon dominantes para hacerse aún más fuertes durante un combate.

—Ja, ja, ¿Quién dijo miedo?

Que quede claro que sí está asustado.

—Nosotros no, ¡Fire Punch!

—¡Ka!

El pequeño uso sus cortas patas para correr tan rápido como pudo hacia el bicho para saltar y proceder a literalmente incendiar su puño, sin embargo antes de impactar su oponente simplemente se hizo a un lado.

(Demasiado lento.)

(Pues claro, ¡¿No ves que estoy chiquito?!)

—¡Otra vez!

Obedeciendo volvió a lanzarse al ataque pero el resultado era el mismo.

Claro, sabía que si eso lo tocaba le iba a doler y mucho, no se dejaría golpear si no tenía que hacerlo.

—¡Ah como chingas, Flame Charge!

Como una bola de fuego Kong se lanzó de lleno hacia el Vikavolt, y este de nuevo lo esquivo, sin embargo él no se rendía y con cada ataque lograba hacer que su velocidad aumentará más y más hasta que llegó este momento.

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