Capítulo 40: Superando expectativas, Forzando al Máximo los Z.

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Felizmente en un prado de la isla más pequeña de Alola se encontraban descansando dos jóvenes.

El pelinegro estaba comiendo muy a gusto un Sándwich que compró en el pueblo antes de llegar ahí, mientras que el pelirrojo estaba jugando a lanzar el Geostal Z que justamente se había ganado luego de una muy, muy díficil batalla contra la Kahuna de la isla.

—Hey, ¿Qué se supone que hagamos hasta que los chicos nos llamen?—Preguntó Arata mientras terminaba de comer su Sándwich.

—Uh... Bueno, normalmente diría que vayamos a buscarlos, ya que nosotros terminamos ya pero...

—¿Pero...?

—Sabes, cuando dije que los retaría a todos iba realmente enserio, así que... ¿Qué tal si entrenamos un poco y de paso aprovechamos para que yo pueda adelantar algo de eso?

Aquella mirada decidida del pelirrojo le sacó un suspiro flojo al pelinegro ya que entendía a que se refería con eso.

Pero por otra parte.

—Vaya, justo a tiempo.

—Dije que estaría aquí al medio día.

El momento tan esperado por fin había llegado, y este se estaba llevando a cabo en nada más ni nada menos que una parte de la playa que usualmente no es utilizada por nadie, ya que de noche la marea sube lo suficiente como para ahogar a cualquiera. Claro, siendo medio día estaban perfectamente bien.

Separados por una distancia bastante considerable, estaban la Kahuna de la isla Akala y su retador, Ryū Akahiro, que con calma desviaba su vista al mar.

Aún más lejos se encontraban como público las acompañantes del albino y el Profesor de la escuela Pokémon, que se las había arreglado para poder presenciar ese combate.

—¿Podrían hablarme un poco de él?, Es que aún no tengo claro que clase de entrenador es.—Pidió el mayor dirigiéndose a las dos jovencitas.

—Bueno... Ryū la mayoría del tiempo es muy callado y tranquilo.—Respondió la castaña mirando a su amiga en busca de ayuda.

—Pero cuando se trata de sus Pokémon parece una persona totalmente diferente.—Y ella terminó la idea.—Disfruta las batallas como cualquiera de nosotros y las vive intensamente...

—Ya veo...—Kukui sonrió.—Me recuerda a alguien.

El ruido de las olas esforzándose por tocar la orilla lleno el sitio de una muy agradable paz, era sumamente silencioso.

Pero eso terminaría.

—Ryū, yo como Kahuna de Akala... ¡Acepto tu desafío!

—...

Colocando una expresión más seria, el oji-rubí tomo en primer lugar la Super Ball en su cinturón, esperando al primer movimiento de la Kahuna, que vale la pena decir, llegó muy pronto.

—¡Vas primero, Archeops!

Sus ojos se fijaron en el Pokémon fósil que aleteaba con mucha fuerza para mantenerse en el aire, soltando ocasionalmente gruñidos.

Ya lo había visto antes, ese Fósil normalmente se encuentra en Unova y en sus clases hablaron varias veces de él. Así que conocía sobre la desventaja que sufre su especie respecto a otras.

—Bien.

Sin dar más espera al asunto lanzó la Ball para que saliera a tocar la arena su Charmeleon que con una sonrisa en el rostro dejo salir un lanzallamas dirigido al cielo.

—Vaya, estás realmente en desventaja.—Comentó la Kahuna.—¿Estás bien con eso?

—Si, lo estoy-

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