Capítulo 51: La Persona Equivocada.

327 56 84
                                    

Calma.

Llegó la tarde a Kalos después del tremendo alboroto que el albino y su Garchomp hicieron durante su combate contra Diantha, algo que ahora mismo estaba en boca de absolutamente todos, no solo en esa región.

La noticia de que alguien había logrado lo de hace cinco años en la correspondiente Conferencia Lumiose se esparció rápidamente. Y lo que era peor, el simple hecho de haberse desmayado al finalizar el combate solo hacia que Ryū fuera un tema de conversación más qué interesante para todos.

Algo que a él no le gustaría en absoluto, pero no es como si pudiese quejarse de eso en esos momentos.

—Rouse, ¿Por qué sigues aquí?

—La peliazul se acercó, acercandole un vaso con café a Mirai.—Pensé que necesitaría quien la acompañe, los hospitales son bastante deprimentes.

—Je, je, pero querida, casi es media noche...—Gustosa y necesitada la albina aceptó aquello.—Deberías estar descansando.

—Usted también debería estar descansando.—Dijo tomando asiento a un lado de ella, comenzando a beber de un vaso para ella.—Pero sigue aquí, así que haré lo mismo.

Mirai suspiró, ciertamente ellas dos habían hablado bastante en el pasado gracias a las llamadas que le hacía a su hijo y bueno... Las que le hacía a ella cuando Ryū estaba demasiado concentrado en entrenar como para preocuparse por sí mismo, y se había dado cuenta, Rouse podía llegar a ser realmente terca y orgullosa.

—Como era de esperar de mi nuera.—Comentó sonriente.

Rouse escupió su café.

—¡¿Q-Qué?!

—La albina miró confundida a la peliazul unos segundos antes de echarse a reír.-Espera, espera, ¿Aún no son pareja?

—¡¿Cómo que "Aún"?!

—Oh, parece que hablé antes de tiempo... Mi error.

—Rouse tuvo un tic en el párpado.—Señora Mirai...

—Oh vamos Rouse, ¿Acaso me vas a decir que no te gustaría que así fuera?

—Eh, yo...

—Mirai suspiró.—Conmigo no tienes que fingir, es algo que sabía desde que te conocí, está bien si hablas conmigo de eso.—Decía palmeando suavemente su cabeza.—Anda, dime, ¿Qué te detiene?

Rouse se lo pensó un poco, con tanta vergüenza que únicamente podía mirar su reflejo en el café que quedaba en su vaso.

—Ya más calmada, y resignada a la situación suspiró.—Su hijo es un idiota, lo sabe... ¿Verdad?

—Tranquila, tranquila, se que Ryū puede ser muy díficil la mayoría del tiempo... Suele tener problemas para prestar atención a este tipo de cosas, pero...

—¿"Pero"...?

—Rouse...—La albina puso más seriedad a su tono.—Deberías haberlo visto ya, cierto.

—...

—Ryū tiene una serie de ideales muy claros, entre ellos proteger a su familia, aunque jamás lo diga abiertamente.—Las palabras de la mayor hicieron eco en la mente de la joven a un lado suyo.—¿O me vas a decir que, en todo el tiempo que llevan viajando no lo has visto demostrando esa parte de él al menos una vez?

—Ah... De hecho...

Tenía un historial bastante claro acerca de ello.

La vez en el avión, cuándo expresó lo que pensaba acerca de que fuera el objetivo de alguien desconocido, esa misma vez no parecía preocupado por lo que le pasara a él... Si no más bien por lo que le pasara a ellos.

Sin Límites | Pokémon |Where stories live. Discover now