Capítulo 13: Cruzando el mar.

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Definitivamente la brisa chocando con nuestros rostros es de las mejores sensaciones que existen, da mucha paz, cosa que los chicos podían experimentar de primera mano en este momento, observando al mismo tiempo las vastas aguas de Hoenn en su búsqueda de información sobre el trío creador.

Todos excepto uno.

—Me muer-gh!—Nisiquiera podría lamentarse a gusto, su poca resistencia en los transportes le estaba pasando factura.

Todo por no tomarse esa bendita pastilla a sabiendas de que se subiría en un bote.

—¿Lo vamos a dejar ahí?—Comentó Nahomi, viendo de reojo como el albino se retorcía.

—Creo que si sigue así va terminar cayendo por la borda.

—Arata tiene razón, pero se terminaron las pastillas para el mareo...

—Solucionar eso es simple.—Dijo la peliazul sin dejar de mirar al frente.—Atalo cerca del timón y que aguante hasta que lleguemos.

—...

—Wowowowowo...—Negó el pelinegro.—eso es muy cruel ¿No lo crees?

—Estará bien, el quería venir aquí después de todo, no hay nada de que quejarse.

—Akashi suspiró.—Si tu lo dices...

—¡Tierra a la vista!

Con ese aviso absolutamente todos -hasta quien no estaba del todo bien- miraron hacia el frente y así pudieron ver a lo lejos una gran extensión de tierra.

—Vaya, Ciudad Azuliza es más grande desde la última vez que la vi, un gran cambio.

Ciertamente, para los registros anteriores que solo mostraban un poblado en el extremo de la isla, justo ahora había una gran ciudad llena de edificios en ese lugar.

Se acercaban más y más,la emoción se sentía en el ambiente, incluso ocurrió el milagro de que Ryū superará su mareo por el simple hecho de haberlo olvidado.

En poco tiempo ya estaban en el puerto.

—Parece que en la Cueva Granito hay gran variedad de Pokémon tipo roca, tierra y acero, algo que podría ayudarnos teniendo en cuenta que el entrenamiento que hemos hecho antes del Gimnasio es casi nulo, además solo Ryū capturó algo en el Bosque Petalia.—Hablo la peliazul mientras revisaba su teléfono, se vio como envío un mensaje y volvió a guardarlo.

—¿Creen que pueda conseguir algún Aaron o larvitar en ese sitio?, de verdad quisiera uno de esos.—Dijo con emoción Akashi que ya estaba brillando demasiado.

Inevitablemente se terminaron contagiando de esa alegría.

—Vayan adelante si quieren, iré a centro Pokémon a revisar a Treecko, de paso le busco algo de comer a Ryuga...—Dijo un poco fastidiado, pues el Pokémon sobre su hombro le había estado picando la mejilla un buen rato, supuso que tenía hambre.

—No vayas a desaparecer otra vez...

—La última vez nos hiciste preocupar.

—Solo iré a que los revisen, los alcanzaré rápido.

—Ryū.—Le llamo Rouse.—Si no estás allí en 20 minutos no compraremos tus pastillas para el viaje de regreso.

—...Me voy.

Sintiendo un escalofrío, el albino se hecho a correr hacia el centro Pokémon, que de curiosamente estaba a la vista en ese momento y por eso no hubo necesidad de pedir indicaciones.

—Oye Rouse, aveces das miedo.—Dijo la castaña poniéndose al lado de la peliazul.

—No haré eso de todos modos, solo me aseguró de que no se quede muy atrás.

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