Capítulo 39: Hela y Kaudan, un día cargado.

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Después de una noche intensa, después de que el albino volviera de ese sitio, luego de un encuentro como ese y sin dar explicaciones al respecto.

—¿En verdad no vas a decir nada?—Indagó la peliazul.

—No.—Y él cortó la conversación rápidamente.

—...

Rouse estaba algo fastidiada por la negativa de Ryū respecto a dar información que les aclarara algo sobre el porque de su actitud la noche anterior, luego de que se fuera corriendo y casi una hora después volviera como si nada hubiese sucedido, llendose a acostar sin aparentes preocupaciones.

Lo peor es que a sus Pokémon no pareció sorprenderles ni importarles la actitud de su entrenador y de igual forma se fueron a dormir, desde su punto de vista no parecía que le hubiesen preguntado, teoría que apoyo gracias a su Kirlia y eso era aún más raro.

—¡Chicos, chicos, vamos rápido!

—Woah.

—Que ruidosa...—Se quejó el albino.

Cómo era de esperarse los ánimos de Nahomi estaban por los cielos, su emoción por pensar en enfrentar a un Kahuna la hacia estar bastante activa y aunque era entendible se estaba pasando un poco.

Antes de que pudieran decirle algo está devoró todo el desayuno que el profesor Kukui había preparado para ellos y me marchó prácticamente corriendo.

—Vaya, se nota que está emocionada.—Rió el mayor, para luego girarse a mirar al albino.—Hoy también es tu Gran Prueba, ¿No?

—Si, lo es.

—¿Qué pasa con esos ánimos?

—Déjelo, el siempre es así.—Excusó la peliazul.—De seguro cuando esté peleando se emociona de más o algo por el estilo, ya ha pasado antes.

—Hm, según lo que me dijeron mañana o pasado deberían estarse reuniendo con sus amigos, ¿Verdad?

—Si, ellos ya deberían estar apunto de terminar.—Dijo la peliazul.—Por lo menos por Akashi, a él le gusta hacer ese tipo de cosas lo más rápido posible.

—Me voy.—Anunció Ryū.

—¿Eh?, ¿No piensas esperar a tu amiga?

—No buscaré a Mayla aún, iré a hacer algunas cosas, díganle a la Kahuna que la veo al medio día.

El profesor abrió la boca con sorpresa pero aún así asintió, para que ambos pudieran ver cómo el albino salía de la casa no sin antes meter a todos sus Pokémon en sus respectivas Balls, asegurándose además de llevar la que estaba vacia.

Rouse suspiró terminando su desayuno y luego de despedirse también se marchó con dirección a donde se supone la castaña debió haber ido según indicaciones del propio profesor.

Pero dejando de lado esa batalla, vamos con el albino, que se había adentrado al bosque ya que necesitaba hablar un poco con su guardaespaldas Legendaria.

(¿Necesita algo?)

Que suerte que ella es tipo psíquico, le ahorraba tener que explicar muchas cosas. Ella podía averiguarlas con solo dar una ojeada a su mente.

—Si, quisiera saber si tú sabías que ella vendría.

(...)

El silencio de la Mewtwo era una respuesta muy clara para su persona, algo que lo hizo suspirar y acariciarse la sien.

—Supongo que también te darás cuenta de dónde están cualquiera de los Guardianes de las islas.

(Así es, ¿Pero por qué pregunta todo eso?)

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