Capítulo 30: Confrontando a un Capitán.

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En silencio -solo por parte de Ryū- avanzaron hasta salir de la ciudad ignorando miradas y concentrándose en sus propios asuntos, que en general trataban de una o varias batallas próximas, posiblemente.

—Fuimos a buscarlo para hablar, pero ahora nos ignora.—Comentó la Capitana de cabello verde.

—Bueno, Ryū aveces se desconecta de absolutamente todo... De alguna forma.

—Ya, pero ni siquiera responde cuando lo llamamos, no sé si sea a propósito pero...

—Dejalo, cuando lleguemos comenzará a hablar.—Aseguró Rouse.

—¿Cómo lo sabes?

—No lo sé.

Confundidos con tal contradicción por parte de la peliazul, sumado a qué está aceleró el paso para caminar a la par del albino, se encogieron de hombros los cuatro luego de mirarse entre ellos y decidieron concentrarse totalmente en el camino hacia la Jungla.

Fue bastante apacible, sin el ruido que sus voces provocaban ya podían disfrutar completamente de los demás sonidos a su alrededor, y esto, era justo lo que el albino buscaba al haberse adelantado.

—Hey, ¿Cuánto tiempo llevan viviendo aquí?—Preguntó de la nada.

(Siendo sincero no podría recordar cuánto con exactitud, pero creo que han sido cinco o seis años en términos humanos.)—Respondió el líder de la manada.—(Ha pasado un buen tiempo.)

(Bastante diría yo.)

(Bastante tiempo... Pero aún no lo olvidamos.)

—¿Olvidar que cosa?

Tanto el albino como la chica a su lado pusieron especial atención al grupo, y aunque ella no entendiera nada sentía que por alguna razón algo importante estaba pasando.

(No hemos sido salvajes desde siempre, una vez tuvimos un entrenador.)

(Era tan amable, fue lo primero que vimos al salir de nuestros huevos.)

Vamos a ignorar el asunto de mamíferos saliendo de huevos, para poner atención en los detalles que daban a conocer con su relato, como este por ejemplo.

—¿Entonces a él lo conocieron después?

Levantó al Rockruff que por cosas de la vida terminó viajando en sus brazos, este lo miraba como un cachorro a un juguete, cosa que le preocuparía si recibiera una de esas miradas por parte de su evoluciones.

(Lo encontramos en otra isla, estaba solo así que bueno.)

—Un segundo... ¿Qué le pasó a su entrenador?

(Murió.)

Aquellas palabras tuvieron un fuerte impacto en el ánimo del lugar, tanto que aquellos que no comprendían el contexto de la situación sintieron como sus pechos apretaban.

—Lamento eso.—Dijo con sinceridad, a pesar de su seca y poco expresiva respuesta.

(Está bien, comprendemos que todo tiene un órden.)

(Además él no era muy joven que digamos, solo era cuestión de tiempo supongo.)—Comentó la Lycanroc diurna.

—Hm, aunque ahora tengo la duda... ¿Cómo fue que llegaron aquí?

(Unos tipos extraños vestidos de blanco intentaron atraparnos con redes, nos trajeron aquí pero luego llegó un chico con gorra roja y nos liberó.)

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