S| ❝WE ARE JUST STRANGERS
FOR YOU, WHY ARE YOU
HELPING US?❞
En donde Alanna se topa con un Alfa que tiene problemas para convertirse, con una cazadora que la persigue su tía muerta y con un chico hiperactivo que está poseído por un e...
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-¡Alanna! ¡La señora Henderson ya llegó! -grita mamá desde el primer piso-. ¡Es mejor que te des prisa!
Me acerco a la ventana de mi habitación más cercana y muevo la cortina un poco con mi mano libre, lo que me permite ver la camioneta gris estacionada en la calle de en frente.
-¡Alanna! -vuelve a gritar al no obtener una respuesta de mi parte.
-¡Ya voy! ¡Espera!
Me termino de poner mi zapato derecho y me apresuro en bajar las escaleras una vez que salgo de mi habitación, pasando por la vacía de mi hermano. Cuando toco el último peldaño, me encuentro con los ojos azules de mi madre que me miran con impaciencia.
-Ya son las siete y seis -señala ella tras haber revisado la hora en el reloj alrededor de su muñeca.
-Son diez minutos de comerciales -elevo mis hombros-. ¡Adiós, papá!
-¡Adiós, cariño! -me responde él levantando su vista de los múltiples papeles esparcidos en el comedor-. Pórtate bien.
Asiento con mi cabeza y me dirijo un poco apresurada hacia la puerta de madera blanca para salir de una vez de la casa, imaginándome lo impaciente que debe estar también la señora Henderson.
-¿No te olvidas de algo? -escucho decir a mi madre detrás mío cuando abro la puerta y estoy a punto de pasar el umbral.
Suelto un bufido al saber a lo que se refiere y giro sobre mis talones, acercándome a ella y poniéndome de puntitas para depositar un beso en su mejilla, siendo capaz de notar la sonrisa burlona que quiere extender por solo molestarme.
-Si sucede algo, sólo pídele prestado su celular a Madeline, ella tiene mi número guardado -me hace recordar mientras que acomoda mi abrigo azul.
-Está bien -acepto haciendo un gesto leve con mi cabeza.
Esta vez sí logro pasar el umbral sin que mi madre me detenga y me dirijo hacia el auto en donde se encuentra Madeline Henderson al volante, y quien no tarda en levantar y agitar su mano en forma de saludo hacia mamá que sigue en la puerta. Tomo asiento en la parte trasera después de haber saludado a la mujer y no tardo en comenzar a conversar con mi amiga a mi lado que tiene el mismo cabello castaño que su progenitora.
