S| ❝WE ARE JUST STRANGERS
FOR YOU, WHY ARE YOU
HELPING US?❞
En donde Alanna se topa con un Alfa que tiene problemas para convertirse, con una cazadora que la persigue su tía muerta y con un chico hiperactivo que está poseído por un e...
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Tras haberme tomado todo el contenido de la botella con agua, llegué a la conclusión de que era mejor volver de una vez a casa.
Para ser sinceros, no tenía ganas de bailar después de lo que había sucedido con el chico que se había querido sobrepasar conmigo. Y tampoco es como si conociera a alguien en ese sitio como para pasar el rato hablando.
Scott y Kira se habían escabullido por ahí, y Stiles no había vuelto a aparecer. Así que, caminando por toda la multitud, me decidí por ir a buscar a Helena ya que ella tenía mi celular guardado en su bolso.
Mi búsqueda se vió interrumpida cuando mi rostro chocó contra una espalda descubierta de un chico, quien no tardó en girar sobre sus talones para quizás quejarse por mi torpeza. Masajeé mi nariz con una mano por el impacto que había tenido contra la fuerte y trabajada espalda, para luego alzar mi vista y encontrarme con Ethan.
O Aiden, no sé. Aún no consigo diferenciarlos.
—¿Ethan? —pregunté alzando mi voz para que me pudiese escuchar sobre todo el ruido—. ¿Has visto a Helena?
—Aiden —me corrigió. Movió su cabeza de un lado a otro en signo de negación y se inclinó ligeramente hacia mi oreja para que también lo pueda escuchar—. ¿Has visto a Lydia?
—Creo que estaba en esa... —giré mi cuerpo y señalé la columna en la cual la había visto apoyada minutos atrás. Me callé al instante en el que me di cuenta que no se encontraba ahí y volví a mirar a Aiden—. Olvídalo, no la he visto.
El chico soltó una maldición entre dientes y después de haber susurrado un 'gracias', siguió su camino quizás en busca de la rubio fresa. Comencé a caminar de lado como si fuese un cangrejo ante los pequeños espacios que se formaban gracias a los cuerpos que se movían, rogando internamente encontrar lo más rápido posible a Helena.
Una mano envolviéndose alrededor de mi muñeca con cierta fuerza hizo que me detenga y voltee mi cuerpo, lista para quejarme con quien sea que fuese la persona. Me retracté cuando mis ojos dieron con los marrones de Helena, y no tardé en dirigirlos hacia su brazo y antebrazo en busca de su bolso en donde tenía mi teléfono.
—¿Has visto a Lydia? —inquirió.
—No, me encontré con Aiden hace poco, también la estaba buscando —respondí de forma breve y con mi ceño un poco fruncido—. ¿Dónde está tu bolso?
—Se lo di a Lydia antes de que desapareciera —se lamentó pasando una mano por su rostro—. Dios, Danny tendrá que hacerse cargo de dos desapariciones. Si es que no están muertos antes de que la policía los encuentre.
