S| ❝WE ARE JUST STRANGERS
FOR YOU, WHY ARE YOU
HELPING US?❞
En donde Alanna se topa con un Alfa que tiene problemas para convertirse, con una cazadora que la persigue su tía muerta y con un chico hiperactivo que está poseído por un e...
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Voy a ser honesta. No estaba muy al tanto de todo lo que estaba sucediendo con exactitud esos últimos días. Quiero decir, sabía que Kira era una clase de kitsune, que los onis estaban buscando a un espíritu oscuro y que a quien buscaban, estaba dentro del cuerpo de alguien para pasar por desapercibido.
Lo que no sabía era que ese alguien se trataba del mejor amigo de Scott, el mismo que tras haber sido encontrado en una cueva en el bosque y llevado al hospital Memorial, había desaparecido la misma noche del accidente con el cable roto, exactamente tres días atrás.
Jordan fue quien me llevó a la escuela ese día debido a que Blair se hallaba demasiado preocupada tratando de localizar a Stiles como para ser mi chófer personal. Y bueno, tampoco es como si la culpase o algo así.
Cuando bajé de la camioneta negra de mi hermano, vi a Scott bajando de su motocicleta a unos cuantos metros de donde yo me hallaba. El chico, algo vacilante, agitó su mano en forma de saludo que fue correspondido y avanzó hasta llegar a mi lado, para así ambos caminar sin mucho apuro hacia la entrada de la preparatoria.
—¿Aún no saben nada? —cuestioné a pesar de que sabía cuál sería la respuesta.
—No, el sheriff dice que Stiles solo le mandó un mensaje —comentó él—. Que no se preocupara por él y que volvería pronto.
Fruncí un poco mis labios en una mueca.
—¿Qué hay de Isaac? ¿Ya está mejor? —volví a preguntar—. Lo que le pasó en el hospital... —dejé las palabras en el aire, recordando el estado del chico al caer sobre el charco de agua con electricidad.
—Sí, eso creo. Hoy fui a visitarlo con Allison —indicó—. Sana lentamente. Le quité algo de su dolor, pero creo que se recuperará pronto. O eso espero.
Asentí lentamente con mi cabeza, sin embargo, luego volteé a verlo algo confundida por lo que había dicho casi al final. Acerca de quitarle el dolor a Isaac.
—¿Le quitaste el dolor? ¿Cómo se supone que--?
—Es algo que los hombres lobos podemos hacer. Al igual que sanar rápido y tener un buen oído y esas cosas.
—Oh, claro —dije torpemente, sintiéndome por un momento algo estúpida al no recordar aquel detalle.
—¿Qué hay de ti? ¿Estás bien?
—Sí, supongo, ¿por qué no iba a estar bien? —giré a verlo algo confusa.
Empujamos las puertas azules de la preparatoria y caminamos por los pasillos. Se me hacía algo extraño el hecho de escuchar risas y ver a algunos sonriendo como si nada, ajenos a todo lo que estaba pasando últimamente en aquel pueblo.
