S| ❝WE ARE JUST STRANGERS
FOR YOU, WHY ARE YOU
HELPING US?❞
En donde Alanna se topa con un Alfa que tiene problemas para convertirse, con una cazadora que la persigue su tía muerta y con un chico hiperactivo que está poseído por un e...
Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.
☪ ·̩ ｡ ☆ ﾟ ＊ ｡* + ＊ ･ ｡☆͙ ☆ *
—¡Oye, esa es mi cara! —exclamó Stiles al entrar y recibir un papel higiénico en el rostro por parte de uno de los muchos bromistas de la preparatoria.
Me hice para atrás rápidamente cuando también intentaron tirarme uno a mí, observando con el ceño fruncido a la persona que lo había tirado, quien simplemente se limitó a echarse a reír ante la molestia que se había creado entre nosotros.
—¡Elote, piensa rápido!
No pude ni siquiera esquivar del mismo modo el siguiente rollo que me cayó en mi cabeza, el cual me terminó de cabrear en un día que se suponía que debía ser divertido y no estresante. Mis ojos dieron con los marrones de Helena a unos metros de nosotros, quien nos miraba con una sonrisa divertida y con otro papel en su mano derecha . Antes de que pudiese reclamarle para no pasar lo mismo que antes, la chica levantó el objeto y lo lanzó directamente al rostro de Stiles a mi lado con todas sus fuerzas.
Solté una risa ante la maldición que murmuró el castaño y en cómo recogió el mismo rollo para tan solo tirárselo de vuelta a Helena en forma de venganza. Y en respuesta, ella le enseñó el dedo del medio.
—¿Elote? —pregunté una vez que llegamos a su lado, con cierta dificultad y confusión ante el apodo con el cual me había llamado segundos atrás.
—Así se le dice al maíz en México, creo —se apresuró en explicar Stiles ya que Helena se encontraba demasiado concentrada en tomar otro rollo del suelo y esperar a que alguien cruce las mismas puertas.
—Me siento orgullosa de que aprendas algo al fin —llevó una mano hacia su pecho y miró a Stiles con una fingida alegría y ternura. Apretó sus labios y cerró uno de sus ojos como si aquello le fuese a dar una mejor puntería, y una vez que Scott empujó las puertas para entrar, le lanzó el papel como si fuese un balón de fútbol americano—. ¡Feliz Noche de Travesuras!
—Dios, de verdad te gusta Halloween —se lamentó Scott llevando una mano hacia el lugar en su cabeza donde lo había golpeado Helena y caminando hacia nosotros.
—A mí me cae bien —admitió Stiles—. Es el único día en donde está de buen humor y no manda al infierno a todo el que se le cruza en su camino —y en respuesta a ello, la pelinegra le volvió a sacar su dedo del medio con una sonrisa cínica.
