S| ❝WE ARE JUST STRANGERS
FOR YOU, WHY ARE YOU
HELPING US?❞
En donde Alanna se topa con un Alfa que tiene problemas para convertirse, con una cazadora que la persigue su tía muerta y con un chico hiperactivo que está poseído por un e...
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—Según mi reloj son las siete con cuarenta y ocho —indiqué observando mi muñeca después de haber bajado del auto de Blair—. No puedes simplemente reprogramar mi alarma para que suene un sábado en la mañana y traerme a rastras a la clínica.
—Era mejor que despertarte mediante un megáfono —Blair se encogió de hombros, sin darle mucha vuelta al asunto.
—Por lo menos dime que venimos a adoptar a un perrito —supliqué en cuanto mis ojos se posaron en el establecimiento que se alzaba en frente de nosotras.
—¿Por qué querría adoptar un perro?
—Porque son bonitos —respondí como si fuese obvio.
—Ya tengo mucho con soportarlos a ustedes, así que no —negó—. Además, nadie tendría tiempo para cuidarlo. Jordan y yo trabajamos, y tú con las justas te haces cargo de ti misma.
—Oye —la miré mal por el comentario, a lo que ella simplemente soltó una risa—. Bueno, ¿por lo menos un pez? ¿No?
—No vamos a adoptar ningún animal.
—Bien —dije resignada.
La castaña comenzó a caminar hacia la entrada del establecimiento conmigo detrás suyo al no tener a donde más ir. Ladeé mi cabeza cuando mi mirada se posó en el letrero colgado detrás de la puerta de vidrio, el cual decía "cerrado" en letras grandes y visibles.
—¿Lees eso? —inquirí cruzando un brazo debajo de mi pecho mientras que el otro señalaba el letrero con mi dedo índice—. Dice cerrado.
Blair levantó una ceja en mi dirección y cambió el lado del cartel con sus poderes y con una sonrisa de superioridad, para luego quitar el cerrojo de la misma manera y sostener para mí la puerta después de haberla empujado.
—Ahora dice abierto —me contradijo con un tono gracioso en su voz, ocasionando que ruede mis ojos—. ¿Deaton?
—Prácticamente estamos invadiendo propiedad privada —murmuré llevando mi cabello hacia atrás, entrando detrás de mi prima no sin antes haber hecho sonar la campana colgada por mera diversión—. Te das cuenta de eso, ¿verdad?
—No cuenta porque Deaton es nuestro amigo.
Antes de que yo pudiese refutar, la voz de Deaton llegó a nuestros oídos.
