Open Case N° 125: Always knew

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Sin ánimos de fingir que no estaba prestando atención a la situación, Jinyoung caminó descaradamente a la oficina de su esposo y pegó su oído de la puerta. No había podido ignorar la nerviosa actitud de BamBam aquella mañana y Yugyeom no se veía mucho mejor; el teniente del precinto setenta y siete de Seúl podía entender los nervios crispados de BamBam, pues aquellas últimas semanas habían sido un infierno personal para el extranjero. La carta informando sobre la prisión preventiva de Jackson había llegado solo hace unos dos días y las noticias sobre Seungyoun en la prisión estatal no eran mucho mejores, como siempre, los detectives no eran muy bien recibidos en aquel tipo de lugares. Yibo seguía desaparecido y los ánimos en general estaban por el piso...

Pero era la primera vez en aquel mes que veía aquella expresión en el rostro de su detective más joven. 

A diferencia de BamBam, Yugyeom había mantenido sus ánimos en alto, o al menos se veía que eso era lo que estaba intentando. Mientras Nayeon desfiguraba su bonita manicura, dando mordidas nerviosas a sus arregladas uñas; mientras Youngjae hacía llamadas nerviosas a todos lados, intentando resolver lo imposible en un estresado intento de volver a la normalidad; mientras Mark entraba y salía de la oficina en busca de prestar alguna ayuda que pudiese sacar a Jackson de su situación; mientras él mismo metía su nariz discretamente en aquel caso en busca de aclarar, inútilmente, las cosas, Yugyeom mantenía una brillante actitud, palmeando los hombros de Youngjae y entablando pequeñas conversaciones que alejaban sus manos del teléfono en su escritorio; bombardeando a su mejor amigo con bromas y preguntas desubicadas que lo hacían perder su paciencia y lo hacían perseguirlo por toda la oficina en un intento de asesinarlo con un bolígrafo, pero que mantenía su mente alejada del presente problema; buscando excusas para obligar a Nayeon a practicar en el polígono de tiro con él, manteniendo las manos de la pelinegra lejos de sus dientes listos para destrozar su más reciente manicura, y, sobre todo, saltándose sus almuerzos para correr al lado del tailandés y sentarse a su lado mientras ambos se hundían en una torre de documentos o discutían posibles pistas en la sala de incidencias, descartando sospechosos como si no hubiese un mañana al tiempo que tomaban algún café o una gaseosa. Jinyoung estaba agradecido por eso, Yugyeom, de alguna manera, había mantenido la estación en pie aquellas últimas semanas. 

Pero ese día era diferente. 

—¡Mierda! —soltó de repente al escuchar la conversación que se alzaba del otro lado de la puerta. 

Ignoró por completo al impactado Youngjae que había saltado en su lugar por culpa de su repentino grito demasiado obseno para sus labios y giró el pomo de la puerta, observando a los tres hombres que estaban en la oficina. BamBam mantenía su mirada en el piso, parado en una esquina, Yugyeom estaba sentado frente al escritorio, con sus manos sobando sus piernas nerviosamente mientras miraba al frente, y Jaebum... Jaebum se veía impactado, pero...

—¿Puedes cerrar la puerta? —el capitán del precinto miró a su espantado esposo y él titubeó. 

¿Por qué se veía tan tranquilo luego de haber escuchado eso? Jinyoung sacudió su cabeza y dio un paso al frente para luego cerrar la puerta tras de sí. 

—¿Por qué me están diciendo esto ahora? —volvió a hablar, su mirada se posó sobre el tailandés, quien era incapaz de subir su cabeza. 

—No podíamos ocultarlo siempre —Yugyeom respondió. 

—Ciertamente —el mayor de los cuatro soltó un pesado suspiro y apoyó su rostro en el dorso de su mano izquierda, con la derecha comenzó a mover el elegante bolígrafo que estaba sosteniendo entre sus dedos. 

El teniente parpadeó varias veces mientras veía a su pensativo marido... ¡¿Qué pasaba con esa actitud?! Él mismo sentía una gota de sudor frio bajar por su espalda ante aquella situación. Jinyoung realmente esperaba que esos dos imbéciles pudieran ocultar su relación hasta que al menos hubiese una oportunidad de que ninguno perdiera su trabajo, ¿pero ahora venían voluntariamente a delatarse a sí mismos? No tenía sentido. 

—¿Ya lo sabías? —preguntó, no pudiendo contener su curiosidad. BamBam subió su mirada con sorpresa al escuchar aquello y miró al tranquilo capitán que seguía meneando su bolígrafo ágilmente; el sujeto parecía haberse perdido en su mente.

—¿Creen que llegué a este puesto lamiendo botas? —chasqueó su lengua y se enderezó en su lugar— Deberían estar preocupados por su habilidad para mentir, se meterán en muchos problemas si no mejoran eso, ¿qué clase de estúpido no se daría cuenta de algo tan evidente? Es decir, los he estado ayudando desde hace meses.

—¿Estabas actuando? —Jinyoung, nuevamente, soltó con curiosidad. El mayor asintió.

—Lamento no habértelo dicho, Nyoung, sé que lo sabías, pero no quería problemas para ninguno —explicó—, así como no quiero problemas para ustedes... No voy a decirle nada a los directivos...

—No, por favor hazlo... —esta vez fue BamBam quién habló— Hoy. Ahora. Por favor —soltó con firmeza, Yugyeom agachó su cabeza y Jinyoung frunció su ceño. 

—¿El estrés les quemó sus últimas dos neuronas? —el de anteojos bufó, no estaba entendiendo las ansias de aquellos dos por meterse en problemas— Les están dando una gran oportunidad y están dejando que se les escape, ¿están locos? 

—Será peor para ambos si seguimos así —Yugyeom se levantó de su asiento y miró fijamente a Jinyoung—. Tú lo notaste, Jaebum lo notó, Seungyoun lo notó, Mark lo sabe, Jackson lo sabe, probablemente Youngjae también lo haya notado... No somos buenos en esto —soltó una pequeña risita—. A este paso sólo vamos a acumular más problemas de los que ya tenemos y ninguno de los dos quiere eso —se volvió a ver a su jefe e hizo una pequeña inclinación con su cabeza—. Por favor infórmale a los directivos sobre nuestra relación y que tomen las medidas necesarias. 

Tanto el teniente como el capitán se dedicaron miradas extrañadas. Jinyoung negó levemente con su cabeza en un intento de convencer al pelinegro de que no les hiciera caso y mantuviera aquel secreto, ellos sabían exactamente lo que pasaría luego de aquella llamada y ninguno quería eso para los dos menores, por algo habían hecho la vista gorda todo el tiempo. Pero Jaebum llevó sus dedos hasta el teléfono en su escritorio y presionó el botón de marcación rápida. 

—¡Comisionado! —un saludo falsamente alegre salió por sus labios— Oh, claro, claro, encantado —soltó una pequeña risita y comenzó a tamborilear con sus dedos sobre el escritorio—. Realmente no es por eso que estoy llamando... 

Jaebum dio una última mirada a Yugyeom y BamBam y apretó sus labios. Jinyoung tragó fuerte y se cruzó de brazos, aquello estaba a punto de venirse abajo muy feo y muy rápido. 

°•°•°•

—¿Fue lo correcto? —BamBam suspiró, sus manos temblorosas se aferraron a su taza de café mientras veía cómo el más alto jugaba con la lata de gaseosa sin abrir. 

—Se supone —asintió con desgano y se enderezó en su lugar. Su mirada se clavó sobre la del tailandés. 

—No se siente así —abandonó la taza sobre la mesa luego de tomar asiento al lado del menor y se desplomó en su lugar, sus ánimos estaban por el subsuelo y su cuerpo se sentía tan débil como una gelatina pero tan pesado como un tempano de hielo. Era una sensación horrible.

—Vamos a... —las palabras del coreano murieron en sus labios cuando Youngjae entró a la cocina con una carta en sus manos y la extendió frente a él. 

—La de recepción trajo esto para ti —le pasó a BamBam—. Alguien la dejó hace un momento. 

El tailandés miró a su novio por algunos segundos antes de tomar la carta y agradecerle al mayor, quien dejó la cocina tan rápido como había llegado. Yugyeom parpadeó con confusión antes de instarlo a leerla y morder su labio. Aquello había sido extremadamente rápido.

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(CheesyNote: yyyyyy, en un ratito subo el siguiente)

ღ I Hope You Choke And Die ღ YugBam [GOT7]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora