ღ I Hope You Choke And Die ღ YugBam [GOT7]

Open Case N° 37: Family of three

°•°•° 7 años atrás °•°•°

—¡Vaaaaamoooos! —la pelinegra movió su brazo de arriba abajo y él se volvió a verla con aburrimiento.

—¿Qué no estabas castigada por llegar tarde? —Yugyeom alzó una de sus cejas mientras veía a su mejor amiga tirarse sobre él, aún zarandeando su brazo con una expresión de falsa miseria mientras que con su mano libre sostenía su teléfono— No quiero ir a esa fiesta, Miyeon...

—Mamá dijo que estaba bien si iba contigo, además, ¡Es nuestra fiesta de graduación! ¡Es una ocasión única, tenemos que ir! —golpeó suavemente el pecho del más alto y él suspiró.

—Sólo quieres ir a ver a ese tipo, ya déjalo ir, terminaron, no es bueno para ti, puedes conseguir algo mucho mejor —bufó, sentándose en su cama mientras la otra agachaba su cabeza, ahora con tristeza real en su rostro—. Vamos, sabes que lo digo por tu bien...

—Sólo quiero hablar, vamos... Prometo que no nos quedaremos toda la noche —soltó bajo y Yugyeom volvió a suspirar.

—Bien, sólo un rato y volveremos —se rindió, él era incapaz de decirle que no.

—¡Gracias, gracias, gracias! —Miyeon se abalanzó sobre el menor, haciendo que volviera a tumbarse en la cama.

Yugyeom palmeó la espalda de la mayor y se resignó a acompañarla a aquella fiesta a la cual no quería asistir. Ambos habían sido mejores amigos desde que tenían uso de razón, los Kim y los Cho vivían unos frente a los otros y Miyeon y Yugyeom habían pasado cada día de su infancia juntos; la familia Cho había acogido al único hijo de los Kim cuando ambos murieron en un accidente en el trabajo, los padres de Yugyeom eran policías y habían quedado atrapados en un tiroteo masivo, perdiendo la vida mientras intentaban salvar a algunos civiles, el pequeño Yugyeom apenas y tenía doce años años cuando aquello había ocurrido, casi instantáneamente, los padres de Miyeon lo acogieron en su hogar.

El pelinegro había terminado mudándose con los Cho, quienes lo trataban con tanta amabilidad y cariño que llegaban a abrumarlo, la pareja era extremadamente condescendiente con el adolescente, casi como si fuera otro hijo más. La señora Cho era especialmente amable con Yugyeom, él sospechaba que la mujer estaba interesada en que su hija y él desarrollaran una relación que fuera más allá de la simple amistad, pero eso era un poco imposible... A Yugyeom no le interesaban las chicas... ¡Y ni hablar de una a la que consideraba su hermana! No, jamás pasaría. Pero, ¿Cómo iba a decirles? Los Cho, al igual que sus difuntos padres, eran extremadamente religiosos, ¿Rompería el corazón del la señora Cho si sólo iba y le decía que no podía salir con su hija porque era gay? Conociéndola, seguro hasta lo botaría de la casa, Yugyeom ya había escuchado su opinion sobre la homosexualidad en consecutivas cenas... La mujer estaba asqueadad, por eso él seguiría ocultándolo.

Yugyeom entendía cómo es que la gente podía malinterpretar su relación con su mejor amiga, él jamás había contradicho la falsa creencia sobre su sexualidad (ni lo haría) y Miyeon iba cada noche a su cuarto, se acostaría sobre él mientras él intentaba jugar algún juego o leer algún comic y se quedaría allí toda la noche sólo hablando sobre cualquier cosa; ella iría por todo el instituto dando brinquitos y se detendría al verlo sólo para ir a sentarse en sus piernas mientras robaba su almuerzo o le contaba algún suceso que ella considerara relevante y él sólo asentía mientras la escuchaba con paciencia, después de todo, ella era la única persona que sabía todo acerca de él y lo aceptaba plenamente, era, en realidad, la persona más importante de su vida.

Miyeon había estado saliendo a escondidas con un chico de la clase de al lado, Yugyeom lo odiaba pues siempre hacía llorar a la mayor y no entendía cómo es que ella seguía insistiendo en estar con él... ¿Era el amor así de doloroso? Sí era así él no quería saberlo. De igual forma, ante sus ojos, aquel sujeto era un patán y no merecía ni una lágrima más de su mejor amiga. Él había intentando convencerla de no ir a aquella fiesta ya que sabía que él estaría ahí pero ella había insistido y él no podía decirle que no, bien, sólo tendría que vigilar que no hiciera algo estúpido, ¿No? ¿Qué tan difícil podía ser?