Capítulo 49

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—Kook.

—Hola —contesta Jeon cuando llega hasta la alta figura de su amigo. Se siente extraño encontrarse así luego de tantos años.

—Gracias por acceder a venir —dice Yugyeom, dándole una sonrisa contenta, genuina.

Están a las afueras de un restaurante caro, muy diferente a los lugares que Jungkook suele frecuentar. Tal vez en su infancia a sus padres les hubiera encantado obligarlo a ir a todas partes con ellos, a cada evento de la empresa, a cada fiesta familiar, pero desde que se independizó, Jeon no ha ido a más lugares que una que otra biblioteca y el restaurante de comida china que bautizaron como suyo Nahyun y él.

En cambio, desde que lo conoce sabe que Kim Yugyeom a su lado tiene gustos... más refinados. Le fascina lo suntuoso, lo elegante y las marcas costosas. Su atuendo lo dice todo: una camisa de quién sabe cuántos hilos y pantalones de vestir hechos a la medida. Jungkook no ha puesto más esfuerzo que el que siempre pone al vestirse.

—Por los años —es la respuesta de Jungkook.

—Por los años —repite Yugyeom. Luego, haciendo una seña con la cabeza, sugiere—: ¿Entramos?

—Claro.

Por dentro el lugar es bellísimo. La temática parece ser el océano, porque todo está decorado en azules, blancos y grises. Hay fotografías del mar colgadas en las paredes, un acuario enorme en uno de los muros y varias docenas de peces multicolores. Jungkook observa todo con interés, aunque no es realmente su estilo.

Pronto, un hombre con un uniforme negro y una placa dorada se les acerca. Al parecer, Yugyeom había llamado en la mañana para hacer una reservación.

¿No que se había acordado de él tras ver una librería?

—Por acá —indica el hombre, guiándolos a través de las mesas hasta una cercana al acuario.

Al sentarse, les extiende dos menús y se va de ahí tras hacer una pequeña venia.

—¿Y?, ¿te gusta?

Yugyeom lo mira con ojos expectantes, mas exuda tanta confianza como la última vez que lo vio; tal vez más.

—Sí. Es todo muy elegante. —Jungkook asiente. Luego inclina sutilmente su cabeza y estrecha los ojos—. Hiciste la reservación en la mañana —observa.

—Me atraspaste —ríe el otro—. Quería que nos viésemos para ponernos al día. Hace demasiado que no hablamos.

—Sí, perdimos el contacto después de que te fueras a Europa.

—Lo siento por eso... —Yugyeom suena realmente arrepentido, mas Jungkook no cree que sea para tanto. Si alguna vez le molestó que no le haya escrito ninguna sola vez desde que partió, ciertamente ya lo superó.

—No te preocupes. Ya pasó.

—Entonces, ¿cómo has estado?

El profesor abre la boca para contestar, al tiempo que una mujer con un uniforme distinto al del hombre de antes se aproxima hasta su mesa.

—Buenas tardes —les dice. Una sonrisa cordial en su rostro—. ¿Les gustaría pedir algo para beber?

Ambos asienten y piden, Jungkook un poco de agua mineral sin gas —no tiene ánimos de beber alcohol por el momento—, y Yugyeom vino blanco. La mujer se va luego de anotar sus pedidos, dejándolos solos una vez más.

—¿Decías?

—Ah, cierto. —Jeon se acomoda en su asiento, observando brevemente los peces—. Mi vida sigue prácticamente igual, si te soy sincero. Sigo haciendo clases.

LA FILOSOFÍA DEL DESEO © vkookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora