LA FILOSOFÍA DEL DESEO © vkookv

Capítulo 38

[Boda pt. 1¿?]

ㅤㅤEL LUGAR al que llegan es un lujoso centro de eventos a las afueras de Seúl. Incluso el estacionamiento se ve sofisticado, piensa Taehyung, viendo la hilera de autos caros y bien estacionados junto al auto mal estacionado de Jimin, que si bien no es una baratija sí que desentona. El pelinegro sonríe, ya notando ciertas diferencias entre Jeon y su familia. A su vez, supone que a Jeon Nahyun y su prometido no les falta el dinero.

A Taehyung le gusta el detalle de que la construcción esté en medio de la nada, porque cuando se detiene a ver a su alrededor, solo distingue árboles.

—¿Te quedarás ahí toda la tarde? —inquiere Jungkook, que ya se ha adelantado unos pasos. Se acomoda las mangas de la camisa; al pelinegro le encanta la vista.

—Oh no, ni lo sueñe~ —dice, alcanzando al otro—. ¿Deberíamos entrar del brazo? Bah, qué digo. Por supuesto que sí.

Así, el pelinegro enrosca su brazo con el del Jeon y tira de él, subiendo los dos escalones que lo separan de la entrada. Las puertas son grandes, de cristal, y dan a un vestíbulo de techo alto. No hay nada que le recuerde a una boda tradicional, con los padres recibiendo a los invitados y la novia sacándose fotos con ellos luego. Es más, no hay nadie en el vestíbulo además de un guardia de seguridad. Tampoco le da la impresión de que hayan más bodas preparadas para ese día.

Observando con una pizca de curiosidad todo a su alrededor, Taehyung comenta: —Su hermana no es una entusiasta de las tradiciones coreanas...

—Es una de los cuatro socios de una importante firma de abogados —dice Jeon, profunda admiración y cariño en sus ojos—. Ha luchado contra las tradiciones toda su vida, de ninguna manera dejaría que su matrimonio sea una expresión de lo que más detesta.

—Y su cuñado, ¿qué hace?

—Es chef, y uno muy bueno.

—Pensé que los abogados solo se casaban entre ellos —ironiza Taehyung, caminando junto al profesor por la gran estancia. Observa las flores que, en distintos tonos de blanco y violeta, decoran el lugar. Todo tiene un aire moderno y femeninamente delicado que revelan una gran dedicación. No, no habrá más bodas ese día además de esa.

—Como dije, a Nahyun no le van las tradiciones.

—Yo diría que a usted tampoco.

Jungkook le da una mirada divertida a Taehyung, y está a punto de bromear sobre sus palabras cuando el resonar de unos tacones le hace girar el rostro hacia las escaleras laterales, desde donde su hermana desciende más sonriente que nunca. Viste un vestido azul grisáceo hasta las rodillas, ceñido en la cintura, y zapatos de color plata. Su cabello castaño oscuro, similar al de su hermano, está recogido con trenzas y el maquillaje es brillante; sombra de ojos plateada, lápiz labial palo de rosa. Se ve hermosa, piensa Jungkook. No puede esperar a verla con el vestido de bodas.

—Nahyun... —murmura cuando ella llega hasta ellos—. Estás preciosa.

—Qué dices, Jungkookie —contesta Nahyun, contenta de verlo—. Mírate, tú te ves muy bien. Me gusta tu corbata.

—Le dije —canturrea Taehyung a su lado, recibiendo una risita de la mujer, que trata con todas sus fuerzas no comentar sobre lo bien que se ven juntos. Lo hará después.

—Tú también te ves fantástico, Taehyung.

—Gracias, gracias.

Y, pese a su reciente buen humor y a su resolución por no sobrepensar esa tarde, Jungkook no puede evitar estrechar los ojos ante el intercambio. Su hermana no se ve tan sorprendida como él esperaba de ver ahí a Taehyung. Su sospecha se acrecienta cuando ella le pregunta al pelinegro: