Capítulo 13

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ㅤㅤDOS SEMANAS y una serie de discutidas clases y desagradables encuentros en los pasillos después, Jeon Jungkook tiene la certeza de que Kim Taehyung no tiene pensado detener su plan de "ser mejor persona" por las buenas. Por algún motivo que aún desconoce, el chico está empecinado con desatar el caos a costa de comentarios mordaces y preguntas que descolocan a sus otros alumnos. A estas alturas, está claro que Taehyung es más inteligente de lo que pensaba. Más insoportable también.

Pero no puede dejar que se siga saliendo con la suya, es la conclusión a la que llega el profesor ese viernes, en su oficina. No conoce las intenciones del más joven; no obstante, con el paso del tiempo ha captado ciertos rasgos de su personalidad, como, por ejemplo, la forma en la que sonríe cuando da respuestas ocurrentes, o el brillo en sus ojos cuando alguien lo desafía, desviando su sarcasmo con más sarcasmo. Esa parece ser la forma de tratar con el infame Kim Taehyung, aceptando sus juegos... Aunque Jungkook tiene reparos.

Jeon tiene sus métodos, y una reputación. Jamás ha sido tan complicado callar a un alumno imprudente, ni siquiera cuando comenzó a ejercer, a sus veintitantos. Incluso en ese entonces los rumores sobre su temperamento y mano dura para enseñar le evitaban confrontaciones y malos ratos. Ha conocido personas detestables antes, ¿pero alguien como Taehyung, con tan poco interés por las convenciones sociales? No, nadie además de la abuela Nara.

«El infeliz podría ser su hijo», piensa entretanto revisa el correo que mandó a su estudiante esa mañana, citándolo en su oficina.

Taehyung ya debe estar por llegar, pero no le sorprendería que llegase tarde.

Su escritorio está pulcramente organizado ese día, con su computadora encendida en medio. Los exámenes de mitad de semestre se acercan y tiene mucho que hacer. Afortunadamente, acostumbra a adelantar trabajo desde hace años, por lo que su lista de pendientes nunca es tan agotadora. Jungkook está concentrado leyendo algo en la pantalla cuando se escucha un toque a la puerta y a alguien abriéndola después.

—Si tocas la puerta deberías esperar a que te permitan pasar —comenta. Sabe que es el joven pelinegro sin necesidad de levantar la mirada.

—Oh, qué impertinencia la mía —se lamenta el chico, saliendo de la oficina. Luego, cierra la puerta y vuelve a tocar.

Jungkook rueda los ojos y alza la vista.

—Pasa, Kim. —Taehyung abre la puerta con una sonrisa—. Toma asiento.

—Gracias. ¿Cómo va su día?

—No te cité aquí para hablar de mi día —responde el profesor.

—Nunca están de sobra las cordialidades.

—No te tenía como una persona cordial.

—Y no lo soy —afirma el pelinegro y Jungkook reprime las ganas de rodar los ojos.

—Te cité para hablar sobre tu participación en mi clase —declara, cerrando su computadora—. Entenderás a lo que me refiero.

—¿Le molestó algo que dije, profesor Jeon?

—Todo lo que dices me molesta, pero no estás aquí por una situación en particular, sino por tu comportamiento durante las últimas clases.

—Ah, ¿en serio? —El pelinegro se recuesta en la silla—. Qué extraño, juraría que he estado dando mi mayor esfuerzo para ser un buen estudiante.

—Tu mayor esfuerzo... —Jungkook suelta una risa seca—. Tus compañeros no dirían lo mismo.

—Eso tiene una explicación sencilla: son estúpidos.

LA FILOSOFÍA DEL DESEO © vkookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora