Capítulo 27

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ㅤㅤSENTADO EN la cafetería, Taehyung revisa las notas recién publicadas de su examen de Matemáticas discretas. Lee concentrado las observaciones mientras espera que Yoongi aparezca para almorzar juntos. Está satisfecho con su calificación —un puntaje casi perfecto—, y no tarda mucho guardar su teléfono y apoyar la cabeza sobre la palma de su mano con la vista fija en la puerta.

Taehyung casi no usa su teléfono, a decir verdad. No tiene más redes sociales que un perfil en Facebook sin foto de perfil para comprar y vender lo que encuentre, ni más contactos que los necesarios. Solo usa su celular para cosas relativas a la universidad y contestar las llamadas de Yoongi y su mamá. Ahora bien, de vez en cuando siente el impulso de crearse cuentas en diferentes aplicaciones, pero solo porque Yoongi le contó una vez que le habían hecho una página de odio en no recuerda dónde. Su amigo le mostró unas diez publicaciones de gente anónima contando malas experiencias que habían tenido con él y, aunque la página no recibió mucha atención, Taehyung halló la situación más que hilarante.

Desde el perfil de Yoongi expresó su apoyo a la causa... o algo por el estilo. «Mucho tiempo libre??? Mi TaeTae es la persona más buena que existe, siempre me ayuda con lo que necesito y trata de hacerme reír. Incluso hace voluntariado en un refugio de perritos abandonados!!!», escribió.

Su comentario recibió unas cuantas respuestas nada simpáticas, pero no tuvo tiempo de replicar cuando Yoongi le quitó el teléfono y bloqueó la cuenta. No tenía pensado hundirse con Taehyung cuando una horda de gente enojada con él organizara su linchamiento.  

El recuerdo le saca una risa a Taehyung y, en vista de que su amigo no parece querer llegar, vuelve a sacar el aparato y le marca.

—Tae, ¿qué pasa? —La voz de Yoongi se hace escuchar.

—Yoongles, ¿dónde estás? —inquiere Taehyung, pasando su vista por la cafetería. Aún no está llena y no hay nadie que le resulte conocido.

—Con unos compañeros. Debo terminar un proyecto.

—¿Están en la biblioteca? No, no te gusta estudiar allá. ¿Estás en las salas de est-

—No, estoy en otro sitio —interviene Yoongi y, antes de que Taehyung pueda continuar preguntando (sabe que lo hará), añade—: Y no, no te diré dónde. No correré el riesgo de que te aparezcas y hostigues a los chicos de mi grupo. Otra vez.

—Oye, ¡¿te estás escondiendo de mí?! —Taehyung simula un tono indignado.

—Sí —afirma su amigo, sonando divertido—, encuentra a otra persona a la que molestar. 

—No olvidaré esta traición, Yoongles.

—Sí, sí. Tengo que colgar. Pasaré por tu departamento en la tarde.

—Bien.

Taehyung hace una mueca cuando Yoongi cuelga la llamada. Ya compró su almuerzo; no obstante, no tiene ánimos de comer viendo a las demás personas, y es que comer con Yoongi mientras mantienen una ridícula conversación se le ha hecho una costumbre.

Pero Yoongi está ocupado y él aburrido.

Mirando a su alrededor, se da cuenta de que Jeon no está y asume que seguirá en su oficina. La recurrente idea de visitarlo se abre paso y ni se cuestiona el por qué esa aparenta ser la solución a cada cosa que últimamente se le ocurre. O sí lo hace y simplemente decide ignorarlo. Sea cual sea el caso, una sonrisa se plasma en el rostro de Taehyung y coge sus cosas antes de siquiera racionalizar lo que está haciendo. Inaudito.











Como pensó, el profesor Jeon efectivamente está en su despacho; una pila de papeles frente a él y una taza de café caliente que intenta compensar el frío que cada día se deja sentir con mayor intensidad. Cuando lo ve entrar, suspira resignado, mas no se ve tan molesto como pretende estar. No ha hablado con Taehyung desde el sábado y no puede evitar la emoción que de repente lo embarga.

LA FILOSOFÍA DEL DESEO © vkookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora