Capítulo 37

18.2K 3K 4.5K
                                    

ㅤㅤTODO COMIENZA mal el sábado.                           

Para empezar, Jungkook no se despierta con la alarma que puso la noche anterior, por lo que termina levantándose dos horas más tarde de lo que previó y de un humor terrible. Luego, tras levantarse y tomar una ducha lo más rápido que puede, sale a trompicones del baño, mojando todo a su paso. Tiene una hora y media antes de que pasen por él, ni siquiera se ha vestido, tampoco ha comido y ahora su cuarto es un desastre. ¿A qué hora llegaría Namjoon? «¿Dónde dejé mi camisa?».

... Pero una hora más tarde, la situación no ha mejorado. El traje que compró semanas atrás de repente le incomoda, no puede elegir una corbata que le guste, el sutil maquillaje que ahora profundiza su mirada le hace sentir ridículo, y ¡sus estúpidos zapatos ahora están cubiertos de gel para el cabello!

—Maldita sea —escupe, cada vez más hastiado entretanto intenta arreglar aunque sea un poco su peinado. «Doble-jodida-mierda, por qué no me he cortado el pelo...»—. Media hora..., med- Dios, qué estrés. ¿Viste esto? —le pregunta a Señor B, que lo observa desde una esquina de su cama. Sus amarillentos ojos parecen reírse de él—. Claro que lo viste... No podrías pasarlo por alto...

Jungkook quiere gritar. El tiempo pasa demasiado rápido, aún no tiene noticias de Namjoon ni está listo. ¿Tenía que pasar todo eso el día de la boda de su hermana? Espera que su malgenio se suavice un poco para cuando llegue el chófer...

—¡Namjoon! —exclama cuando el timbre de su departamento suena y se apresura a abrir.

Y ya debería anticiparlo; sin embargo, de todos modos esboza una mueca entre confundida e irritada cuando abre la puerta y descubre del otro lado a nadie más que Kim Taehyung.

Kim Taehyung en un traje negro, con los rizos negros mínimamente controlados y sus penetrantes ojos oscuros ojeándolo sin vergüenza alguna. Las manos en los bolsillos del pantalón.

—Buongiorno, fiorellino.

El profesor entreabre los labios. —No se supone... que tú estés aquí —dice, aún observándolo. Luce cautivado. Si en sus jeans desgastados y poleras planas Taehyung es atractivo; en ese instante es deslumbrante—. Te ves...

Taehyung sonríe, notando el efecto que en el otro suscita, y acomoda su corbata.

—¿Le gusta cómo me veo? —pregunta—. Le doy permiso para mirarme tooodo lo que quiera.

En seguida, Jeon sacude su cabeza, recordando que tiene menos de treinta minutos para terminar de alistarse.

—Espero que tengas un buen motivo para aparecerte aquí hoy, porque estoy ocupado ahora. Y estoy esperando a alguien también.

—¿Es así? —Taehyung desliza su mirada por el atlético cuerpo de Jungkook, absorbiendo cada detalle—. Me encanta cómo se ve, profesor. El traje le acentúa la figura, y tiene una figura bellísima.

Antes de que un insurrecto sonrojo coloree sus orejas, Jungkook se aleja del pelinegro, adentrándose en su departamento, pero dejando la puerta abierta para que el otro lo siga. De repente no le importa el que Namjoon pueda llegar en cualquier segundo y ver a Taehyung paseándose en traje por su sala de estar. No, esa es la menor de sus preocupaciones.

—No tengo tiempo para ti hoy, Taehyung —insiste, al tiempo que el gato se asoma por el pasillo para luego acercarse al recién llegado buscando mimos, enroscándose entre sus piernas—. Te dije que tenía planes.

—Lo sé —asiente el pelinegro, recogiendo al felino del suelo—, por eso vine.

Jungkook se detiene, volviéndose hacia Taehyung solo para verlo elevar las comisuras de sus labios en una sonrisa determinada.

LA FILOSOFÍA DEL DESEO © vkookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora