Cuando nadie ve

Prologo

Me encanta hacer barbacoas con mis amigos y más cuando nos reunimos todos, somos un grupo muy grande y cuando nos reunimos todos todo es más divertido

Estaba sentada en una parte de la casa donde estábamos hablando de chicos con mis amigas, creo que a todas nos gustaba alguien de nuestro grupo y en cierta parte era gracioso

— Pues yo creo que le puedo llegar a gustar a Juan -dijo mi amiga Carla-
— Te mira como no mira a las demás -dijo Olivia- ojala alejandro me mirase así
— Lo hace y lo hacía -dije yo- pero estuviste saliendo con el dos dias y era finde y ni os visteis
— Tenía 16 años ¿que querías que hiciese? -me respondió-
— ¿Y ahora cuantos tienes? -le pregunté riéndome-
— 18 pero es diferente
— Claro que lo es deberías de ir a hablarle -dije- seguro que él también sigue interesado 
— Doña consejos vendo y para mi no tengo -dijo- cuando tú hables con Hugo y aclaréis de una vez que es lo que pasa entre vosotros que lleváis todo el verano juntos entonces dame ese consejo
— No llevamos todo el verano juntos -dije-
— Para nada -dijo Valeria- ojala no me llevase yo todo el verano con Mateo
— Pues yo pienso que a Mateo le gustas -dijo Vega-
— Yo creo que también -dijo Cristina- ademas lo acaba de dejar con su novia
— ¿Quien lo acaba de dejar con su novia? -pregunto Mateo llegando junto con Hugo y Alejandro-
— Eres un cotilla -dije lanzándole una goma de pelo-
— Por lista me la quedo -dijo Mateo poniéndosela en su muñeca y yo rodé los ojos-
— Tengo ganas de beber -dijo Hugo poniendo una mano en mi pierna ya que se había sentado a mi lado- ¿quien quiere un cubata?
— Yo -dijo Alejandro seguido de todos los demás-
— ¿Tú que? -dijo Hugo mirándome-
— Yo no me voy a quedar a dormir así que no -dije-
— Que no se va a quedar a dormir dice -dijo riéndose- que te lo creíste
— Claro que no -dije-
— ¿Estas segura que no?
— Segurísima -mire mi móvil y note como unos brazos me levantaban- Hugo ¿que estás haciendo?
— No quieres quedarte a dormir por las buenas lo vas a hacer por la malas -dijo dirigiéndose hacia la piscina-
— Ya están estos dos otra vez -escuche decir a Mateo-
— Hugo no hagas tonterías no tiene gracia bájame
— ¿Te vas a quedar a dormir? -dijo en el borde de la piscina a punto de tirarme-
— No -dije siendo cabezona y él hizo el amago de tirarme- no por favor
— Pues di que te vas a quedar
— Vale vale me quedo pero bájame -dije y me bajo- Gracias
— Siempre consigo lo que quiero -dijo-

La noche transcurrió entre risas y un poco de alcohol, para unos mas que para otros, y cuando todos estaban cansados de bailar nos sentamos nuevamente en la mesa.

— Es que es tan guapo -me susurró Valeria-
— ¿Quien? -le pregunté-
— Mateo -dijo- y además gracioso
— Para mi no es tan guapo -dije- Val es un poco cani
— Pero sabes que a mi me gustan así
— Ya pero no se -dije- a ver es mono pero no es mi tipo
— Mejor -dijo- mas para mi -nos reímos-
— ¿De que os reís vosotras? -nos preguntó Mateo-
— De ti -dije yo-
— Ja ja que graciosa -dijo-

Siguió hablando con los chicos mientras que Valeria y yo nos hacíamos fotos, me encantaba probar filtros nuevos y reírme con ella. De repente vimos a una tercera persona en la doto para descubrir a un Mateo que se reía. Sabía de sobra que Valeria se moría por tener una foto con Mateo así que me aleje para que pudiese recortarme luego de la foto.

Valeria se quedó muy ilusionada mirando su móvil después de que nos hiciésemos esa foto y Mateo se fuese dentro de la casa. Yo sonreí al ver su cara de felicidad y entre dentro para buscar a las demás

Hugo estaba sentado junto con Alejandro, Cristina, Olivia y Vega y decidí ir a ver de que hablaban, me pareció extraño ver que cuando llegue todos se callaron

— ¿De que hablabais? -dije sentándome entre Vega y Olivia-
— De nada -dijo Vega-
— He pensado que podíamos ir a dar una vuelta -añadio Alejandro-
— ¿Fuera de la casa? -pregunto Olivia-
— Si fuera de la casa Cristina tiene la llave damos una vuelta todos -volvio a decir Alejandro-
— Estas loco -dije-
— ¿A la princesita le da miedo? -dijo Hugo-
— No -dije- pero es de noche y está oscuro
— Tranquila -dijo Cristina- por aquí no pasa nada si todos son de mi familia
— Está bien -dije a regañadientes-