33

2 0 0
                                    

Tenia que encontrar el momento para hablar con él pero iba a ser un poco imposible, no podía llevármelo a solas a ningún sitio ya que la gente nos miraría raro así que tenia que aprovechar algún momento a solas con él para hablar de lo que había pasado

Todos charlaban y se lo pasaban bien, me encantaba hacer estas quedadas todos los meses pero hoy no era una de las mejores

Mateo se fue a por una cerveza el solo y aproveché para ir detrás de él, quería hablar con él ya que notaba que estaba enfadado conmigo, no me había mirado ni dirigido la palabra desde que pasó lo de Hugo

— Mateo -dije y me miro- ¿podemos hablar un momento?
— ¿Sobre qué?
— Sobre lo que ha pasado antes -dije- no quise que pasara eso solo fue que me salí de la piscina y Hugo estaba demasiado cerca
— Mía -dijo- Hugo va detrás de ti y tú no te das cuenta -añadio- haría cualquier cosa por estar contigo y aprovecha cada segundo
— Pero sabes quien es el que me gusta a mi de verdad
— No lo se -dijo- no quieres contarle que tú y yo estamos juntos eso me da que pensar
— No es por eso -añadi- no quiero que se entere tan pronto se como es y si se entera ahora no nos
va a dejar en paz
— Lo entiendo Mía pero entiéndeme tú a mí que a veces me confunda
— Lo siento no quiero que te confundas -dije acercándome a él- el único chico que me gusta eres tú -añadi besándolo-
— Y tu eres la única que me gusta a mi -dijo-
— Pues no deberías de tontear con una chica para ponerme celosa eso está feo -añadi-
— ¿Te puse celosa? -dijo mirándome pícaro-
— Que va -dije y él se rio-
— Tu fuiste la primera que nos dejó solos cuando llego antes
— Estaba preparando las cosas
— No quiero que estemos así más -añadio-
— Ni yo

Nos volvimos a besar, cada vez que lo hacía era como la primera vez y aún sentía mariposas en el estómago cada vez que estábamos cerca el uno del otro

— ¿Estamos bien? -le pregunté-
— Estamos bien ricitos -dijo dándome un beso en la cabeza-

Ambos salimos de la cocina y fuimos hacia dónde estaban los demás, se había echo de noche así que pedimos para cenar y esperamos a que la cena llegase

Cuando terminamos de cenar nos pusimos en círculo y empezamos a hablar sobre anécdotas del pasado y sobre algunos líos que habían tenido

— ¿Os acordáis de Jose el chico que quería con Mía? -dijo Alejandro-
— Y Hugo lo espanto diciendo que era su novia -dijo Juan-
— ¿Por que siempre tenéis que recordar esa historia? -pregunté-
— Porque tú no viste la cara de aquel pobre chico
— ¿Y a ti te gustaba? -me pregunto Mateo-
— No a mi no -dije- ni siquiera sabía que sentía algo por mi
— Y él se pensaba que tenia posibilidades -añadio Hugo-

Me empezó a entrar frío y Mateo pareció notarlo ya que rápidamente se quitó su sudadera bajo la atenta mirada de todos y me la puso sentandose a mi lado haciéndome sonreír

— Gracias
— De nada -dijo sonriendo-

Valeria se nos quedó mirando con cara rara, sabía que no le había echo nada de gracia la situación pero éramos amigos se suponía y los amigos hacían esa serie de cosas supongo

Seguimos hablando y decidieron jugar a dos verdades y una mentira, me hacía mucha gracia ese juego ya que cada vez que jugábamos descubríamos más cosas de los demás

Empezó Alejandro a jugar y luego le siguieron los demás, estaba siendo muy divertido e incluso había participado yo con lo mal que se me daba mentir hasta que Mateo dijo los suyos

— Vale me toca -dijo- me dan miedo las arañas, me he echo un nuevo tatuaje y -se quedó pensativo y luego me miro- Mía y yo nos hemos liado
— ¿Que? -dijo Hugo sorprendido- ¿os habéis liado?
— Huguito son dos verdades y una mentira tranquilo -dijo Mateo-
— No creo que eso sea una de las verdades ¿no? -volvio a preguntar Hugo-
— ¿Es en serio Mía? -me dijo Valeria-
— No me lo puedo creer Mía -dijo Olivia-
— ¿Os gustáis? -añadio Juan-
— Yo siempre he visto algo -agrego Alejandro-
— Pero esperad -dije agobiada- primero tendremos que adivinar cuál es la mentira
— Espero que la mentira sea que te has liado con Mía -dijo Hugo-
— Yo creo que esa es la mentira -dijo Cristina-
— Si es esa -dijo Mateo- Mía y yo no nos hemos liado
— ¿Te has echo un tatuaje? -dijo Alejandro y Mateo asintió-
— Es un yinyang -dijo Mateo enseñándonoslo- son dos fuerzas opuestas que se atraen y forman un todo
— Que bonito -dije-
— Es muy bonito -añadio Valeria-
— Gracias chicas

Cuando nadie ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora