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Narra Hugo

Mía y yo hemos sido mejores amigos desde que entramos en el instituto, aún recuerdo el primer día que hablé con ella en clase, su risa escandalosa y su simpatía inundaban la clase

Poco a poco nos fuimos haciendo amigos y luego se nos unió gente al grupo aunque ella y yo seguíamos teniendo esa amistad tan fuerte

Nuestras madres se hicieron mejores amigas, iban juntas a todos lados y con ellos Mía y yo, también me gustaba pasar rato con su familia y con la mía, se llevaba bien con mi hermanos y yo con el suyo, ella para mi hermana pequeña era su referente

A medida que íbamos creciendo la empezaba a ver de otra forma, intentaba olvidarla con otras chicas pero ninguna me hacía sentir lo que me hacía sentir Mía solo con sonreírme

Cualquier excusa era buena para estar con ella, iba a recogerla a su universidad porque me encantaba cantar con ella las canciones en mi coche y escucharla quejarse me parecía de lo más divertido

Confiábamos mucho el uno en el otro ya que siempre nos contábamos todo pero había una cosa que nunca le había contado, mis sentimientos por ella. Creo que todo el mundo sabía que entre ella y yo no había solo una simple amistad pero ella no quería ver eso

El mayor error que cometí fue llevar a mi primo a la fiesta de año nuevo, ver su cara cuando lo vio por primera y ver que él la miraba igual me hizo comprender que la había liado, no quise verlo y aún sigo sin querer verlo pero se que a Mía le gusto primo tanto como a él le gusto ella

Cuando mi amigo Mateo me dijo que Manu y Mía habían estado muy juntos y a punto de besarse me enfadé mucho pero no quise que Mía lo supiese, cuando le dije lo que sentía por ella quedamos en que ambos olvidaríamos lo que sentíamos para ser amigos, realmente quería ser su amigo y dejar de lado todas estas idas y venidas pero me dolía pensar que mi primo iba a tener lo que yo siempre había querido

Había quedado con él para saber que era lo que sentía por Mía realmente y si mis sospechas sobre que hablaban eran ciertas. Después de mis clases quede para comer con él y estar los dos juntos por la tarde antes de que recogiese a Mía después de sus clases

Cuando salí de la universidad fui a buscarlo a su casa, el ahora no tenía exámenes así que se había venido a la ciudad para estar con sus padres. Lo avise y bajo, tras saludarme desde lejos se montó en mi coche y fuimos a comer por ahí

Estuvimos almorzando mientras hablábamos de cosas, tenia una muy buena relación con mi primo y aunque no nos viésemos mucho lo apreciaba mucho

— ¿Como te van las clases? -le pregunté-
— Bien sabes que soy bueno estudiando pero cambiar de ciudad y estar lejos de mis amigos me está afectando un poco
— ¿No tienes amigos allí?
— Si -dijo- pero no son mis amigos de aquí
— Bueno a mi me pasa lo mismo -dije- aunque al menos tengo algunos en el pueblo
— Pero tú vas y vienes de tu pueblo aquí -añadio- y ademas aquí estudian Alejandro, Mia y dos chicas más de tu grupo de amigos
— Que bien te acuerdas del nombre de Mía -dije para ver si reacción-
— E...es porque tú no paras de hablar de ella -dijo poniéndose nervioso-

Decidí dejar el tema de Mía a un lado de momento, no quería enfadarme con él si realmente pasaba algo entre ellos tan rapido porque quería disfrutar de la tarde con mi primo

Después de comer decidimos ir a tomarnos algo, aunque era martes siempre había ambiente en la ciudad y me encantaba estar tranquilo mientras veía el mar.

Empezamos a charlar nuevamente de anécdotas de cuando éramos pequeños y de fútbol, mi primo y yo éramos muy parecidos y nos gustaban las mismas cosas. Salió el tema de los líos y de las chicas con las que habíamos estado cada uno y supe que ese era el momento de hablar de Mía

Cuando nadie ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora