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Había mucha tensión en ese ropero, no sabía como ni porque me había puesto nerviosa tanto con el acercamiento entre nosotros como con su mirada puesta en mis labios

— Mía ¿estás aquí? -escuche decir a mi madre y nos separamos-
— No puede saber que he estado llorando -dije en susurros a Mateo-
— Tranquila te cubro -dijo saliendo del ropero- aqui no está -le dijo a mi madre- yo también la estaba buscando para despedirme
— ¿Tú eres el hijo de Valentina verdad? -le pregunto mi madre-
— Si -dijo el-
— Un placer conocerte, yo soy Aurora la madre de Mía
— Tiene una hija estupenda -le dijo él y sonreí-
— Gracias -dijo mi madre-
— Y si me permite decirlo -añadio- Mía tiene a cientos de chicos detrás pero si ella no está preparada para una relación ahora no lo hará y usted debe entenderlo
— ¿Estoy siendo demasiado estricta con ella? -le pregunto-
— Un poco -dijo mateo- su hija es perfecta, seguro que hay millones de chicos que se mueren por ella pero si ella no quiere debería de respetar su decisión
— Tienes razón, estoy siendo demasiado dura con Mía -añadio antes de irse- Gracias
— No hay de que -añadio Mateo-

Me hizo una señal para que supiese que mi madre ya no estaba allí y salí del armario dándole un abrazo, me salió en ese momento ya que quería agradecerle lo que había echo hoy por mí ya que lo valoraba mucho, el me siguió el abrazo cosa que me hizo feliz

— Muchas gracias Mateo -dije- de verdad
— No tienes que darme las gracias por nada -dijo el-
— Claro que si -dije- me has ayudado con mi madre, yo no he tenido el valor de decirle nada -añadi y el paso un dedo por mi mejilla-
— Lo que sea por no verte llorar -me puse un poco nerviosa- nadie merece tus lágrimas Mía
— Gracias -dije sonriendo- no quería que me vieses así -añadi-

Siempre había sido una persona muy reservada a la hora de mostrar mis sentimientos, eso me había llevado a ocultar cualquier cosa que me enfadaba o que me hacía daño. Suelo ser de esas personas que sonríen siempre, o que por lo menos intentan hacerlo, para no preocupar a nadie ni molestar con mis problemas

— Deberías dejar que la gente viese esta parte de ti -añadio- todos tenemos algo que nos molesta
— No sé, es un poco complicado
— Pues no debería de serlo -dijo- no puede machacarte así
— Lo sé pero no puedo evitarlo
— Te ayudaré -dijo y sonreí-
— Por cierto, lo de que me estabas buscando para despedirte ¿era cierto? -añadi para cambiar de tema-
— Si -dijo- mi madre quiere irse ya, está muy cansada -añadio- ¿nos vemos el sábado no?
— Si -dije-
— Nos vemos ricitos -dijo- y mucha suerte con los exámenes eres la mejor lo vas a hacer súper bien
— Gracias -sonrei- nos vemos

Me había sentido muy cómoda y a la vez muy nerviosa hablando con él, me había sentido con la suficiente confianza como para contarle que era lo que me preocupaba.

Estaba feliz de que formase parte del club y poder llevarme bien tal y como lo hacía antes, Mateo era uno de mis mejores amigos pero desde que se fue no seguimos hablando y perdimos el contacto, me alegraba poder saber de su vida ahora

Me retoque el maquillaje para que nadie notase que había estado llorando y salí del baño para encontrarme con mi madre la cual vino a abrazarme en cuanto me vio

— Lo siento cariño -me dijo- he sido demasiado dura contigo sobre lo de encontrar un novio y es una tontería -añadio- eres preciosa y el chico que elijas tu será el indicado
— Gracias mamá -dije- me molestó que me dijeses eso, quiero que el chico con el que salga me quiera por mi y no por conveniencia
— Lo entiendo yo me aferraba a la idea de que eras la única que aún no había presentado a nadie en el club como tu novio
— Se que eso te preocupa mamá pero no quiero estar con nadie que no me sepa valorar
— ¿Y que pasa con el hijo de Valentina? Se os ve muy juntos últimamente en el club
— Antes era amigo nuestro pero se fue y ahora quiere volver a retomar la amistad con algunos
— No se yo -dijo- te defendió de mi y se le ve muy cariñoso contigo, no te quita la mirada si no estás con el
— No digas tonterías mamá -añadi- le gusta a Valeria así que ni aunque me gustase haría algo con el
— Esa es mi chica buena amiga siempre -dijo-

Cuando nadie ve Where stories live. Discover now