Cap. 27 Talasofobia

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Después de hidratarse, Cinco y Rose se fueron de la cancha, ellos debían ir a la clase de natación. Fuero a cambiarse en los vestidores para colocarse el traje de baño. Rose no tenia ni idea de lo que iban a hacer pero no se esperaba que fueran a nadar . Al colocarse el traje de baño negro cuerpo completo se sintió bastante incomoda. Ambos se encontraron afuera del lugar de la piscina.

Cinco: ¿Por que tardaste tanto?

Rose: ¿Es necesario usar esta cosa? 

Cinco: ¿El traje de baño? ¡Si!

Rose: Pues yo creo que no. —tapándose los brazos—

Cinco: ¿Sabes? nunca te había visto los brazos descubiertos, siempre usas el saco, camisas con mangas largas o suéteres. Siempre me había preguntado porque.

Rose: Bueno... ya lo sabes.

Cinco: ¿Esos morados eran por las agujas?

Rose: Algunos, otros son cortadas que me hice en misiones o yo misma.

Cinco: Aun así. Tienes un cuerpo muy bonito.

Rose: Y tu un abdomen de lavadero.

Cinco: ¿Qué puedo decir? —se elogió a el mismo alzado de hombros— entonces... ¿entramos?

Rose: ¿Tenemos de otra? 

Ambos entran a el área de la piscina, una gran piscina olímpica bajo techo. Pasaron y se acercaron al área determinada. Rose se asombro, mejor dicho, se espanto, sus ojos se abrieron de par en par al ver a los chicos y chicas lanzándose a dentro de la piscina. Ya la había visto en el recorrido pero no creyó que fuera para meterse a dentro y nadar.

Cinco: Vaya, que grande es esa piscina.

Rose: -¡¿Q-que vamos a hacer aquí?!

Cinco: Supongo que a nadar.

Rose: ¡Deben estar bromeando!

Cinco: ¿Estas bien? 

No, no lo estaba. Su respiración comenzó a acelerarse, de un momento a otro la palidez de su rostro hizo acto de presencia. Dio varios pasos hacia atrás para asegurarse de estar lo suficientemente lejos del orillo.

Cinco: ¿Nunca habías visto una piscina?

Rose: Eh, yo... yo no creí que... —balbuceó sin quitarle la mira al agua—

Cinco: ¿Qué te pasa?

Rose se había quedado paralizada por unos minutos, recuerdos nefastos invadían su cabeza sin piedad haciéndola revivir las pesadillas. 

En la ORDA ellos la torturaban ahogándola, era su castigo por no obedecer simplemente una pequeña orden. La amarraban y la hundían varias veces. Eran horas las que pasaba allí escuchando gritos, llantos, gemidos de sufrimiento, suplicas de otros niños que castigaban. Y a veces el ver cuerpos sin vida hundiéndose como costales hacia las horas interminables. 

Le aterraba el simple hecho de pensar que iba a estar ahí por "diversión" pero su ego era demasiado grande para aceptarlo, o bueno también el trauma de admitir que tenia miedo.

Cinco: ¡Ocho! —la llamo en un susurro, trayéndola a la realidad—

Rose: ¿Ah?

Cinco: ¿Acaso le tienes miedo al agua?

Rose: Que estúpido, ¡claro que no! ...no le rengo miedo a nada...

Cinco: ¿Entonces porque te pusiste nerviosa al ver la piscina?

Los jóvenes HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora