Capítulo 50. Actitudes extrañas

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Vanya: ¡Chicos! —llamó la atención—

Todos miraron a Vanya y luego siguieron en sus cosas, hasta que Rose salió detrás de la pared en la que se estaba recostando, todos volvieron a mirarlas.

¡"R"! —exclamaron todos al unísono—

Rose: Hola —se limitó a saludar—

Rápidamente y como si no hubiera un mañana Klaus y Ben salieron corriendo a abalanzarse sobre Rose para darle un abrazo, por el peso los tres cayeron al piso.

Ben: ¡DESPERTASTE!

Klaus: ¡Te extrañamos mucho!

Rose: ¡No respiro!

Los dos se bajaron de encima de ella y la ayudaron a levantarse, Allison se les acercó e hizo los mismo, abrazarla.

Allison: ¡Que bueno que estés bien!

Rose: Ehh si, bien.

Klaus: Estábamos muy preocupados. —dijo abrazándola de la cintura—

Diego y Luther se unieron.

Diego: Tuviste un lindo sueño bella durmiente ¿no?

Rose: Eso creo.

Luther: Que bueno que volvieras.

Rose: Lo mismo digo chicos... Klaus puedes soltarme.

Klaus: Nah.

Rose: Tienes dos segundos para soltarme o te estrello contra la pared.

Klaus: —suspiró— extrañaba esas amenazas. Esta bien —se separó de ella—

Diego: ¿Cómo te sientes?

Rose: Bien, no me duele nada.

Allison: Estábamos preocupados fue mucho tiempo el que estuviste en coma.

Rose: Si, sintió como una siesta de la tarde a decir verdad.

Reginald: ¡Y más vale que no vuelvas a contestar me así jovencito o volveré a castigarte! —se escuchó gritar a su padre antes de entrar a la mansión—

Allison: No otra vez.

Ben: Aquí vamos.

Rose esperaba atenta cuando vió a Reginald y su hermano entrar a la mansión, Cinco cargaba una caja como los demás, mientras que era regañado por su padre. Ambos al entrar se dieron cuenta de Rose, había despertado. Reginald simplemente se acomodó su uniforme y caminó.

Reginald: Te espero en mi oficina después número Cinco. —dijo para luego retirarse por las escaleras—

Rose: También es un gusto verte padre. —su sarcasmo no pasaba desapercibido—

Ella volteó al frente y después de 3 meses sus miradas se volvieron a cruzar. Cinco tenía una expresión de sorpresa pero la trataba de disimular, soltó la caja y se acercó a Rose.

Rose: Hola nerd.

Que lo saludara así le dio alivio al chico, significaba que lo recordaba y a sus hermanos también.

Cinco: Hola rara.

Rose: Metiéndote en problemas ¿eh?

Cinco: —se alzó de hombros— aprendí de la mejor.

Rose río por lo bajo.

Cinco: Oye lo que hiciste... Ese día pues...

Rose: Yo... No sé qué pasó.

Los jóvenes HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora