Solo aquellas noches (Bilogía)

CAPÍTULO 5

LOGAN

Por más que quiero, no puedo olvidarla. La sensación de ella en mis brazos, los besos en los que me demostraba que me quería sin decírmelo... Esos recuerdos que me siguen atormentando mientras estoy aquí, tumbado en mi cama. Sin poder hacer nada para remediar el pasado.

Y, sé que estaréis pensando en Kylie, pero no.

Kylie nunca fue ni será como ella.

Nadie lo sería jamás.

Cierro los ojos con fuerza cuando se me viene a la cabeza su pelo rubio y sus ojos celestes llenos de alegría mientras tenía toda la cara y los brazos llenos de pintura.

Está claro que Kylie nunca sería ella. Pero no puedo evitar ese sentimiento de atracción que tengo cuando está cerca.

Su sonrisa me hace querer ver el lado bueno de las cosas. Su risa me hace querer cometer esas locuras que nunca me atrevería a hacer por miedo. Y su mirada.... su forma de mirarme es luz.

Todo en ella tiene esa luz que yo jamás pude poseer. Y creo que es eso lo que me atrae. La adrenalina que siento cuando me envuelve con su propia luz.

Ella casi nunca sonreía. Ella jamás se reía. Y, mucho menos, ella me miraba como lo hace Kylie.

Pero, eso no era lo peor de ella, sino que, justo después de que ella proponía que nos drogaramos, me miraba como si yo fuera una mierda. Como si, de algún modo, supiera que nunca llegaría a ningún lado conmigo.

Y así fue.

Pero yo la seguía queriendo. Y eso es lo que me dolía.

Que, después de todo el infierno que pasamos, ella no podía estar aquí conmigo. ¿En qué momento empezamos a drogarnos? ¿En qué momento todo se fue a la mierda? ¿Por qué le hice caso?

Si yo lo hubiera impedido a tiempo no habría pasado lo que pasó. Si yo la hubiera detenido ella seguiría aquí junto a mí.

Si yo no hubiera tenido la culpa... quizá habría podido ser su luz aún.

Porque eso era lo que me hacía sentir. Porque, yo en ella, lo único que veía era oscuridad. Nunca vi la luz.

Y, ahora, volvía a tener miedo.

Miedo por empezar a querer a alguien que me volviera a abandonar.

..........

- Logan, no puedes seguir así - empieza Adler, como suele hacer casi todos los días.

Yo solo aparto la mirada mientras intento quitarle un cigarro, a lo que él niega con la cabeza.

- ¿No crees que ya está bien? ¿No estás cansado? - me pregunta algo brusco.

- ¡Cállate de una puta vez! - le grito mientras me agarro del pelo frustrado dando vueltas por la terraza. Alejándome de él.

- Ella ya no está, Logan, tienes que...

- ¡Ya sé! ¡Sé lo que me vas a decir! ¿Con el tiempo dejará de doler no, Adler? ¡Pues, por si no lo sabes, ha pasado un año y sigo igual que el primer día! - le grito y siento cómo se me forma un nudo en la garganta.

Odiaba hablar del mismo tema todos los días, como si el mismo dolor me fuera a torturar para siempre.

- ¿Te crees que no lo sé? - me pregunta acercándose a mí mientras me agarra por los hombros. Obligándome a que lo mire - Pero es que ese es el problema, Logan.