Solo aquellas noches (Bilogía)

CAPÍTULO 10

-¡Vamos a entrar aquí!

- No, por favor.

- ¡Sí!

Y, bueno, estas son las discusiones de siempre. Rachel queriendo entrar en todas las tiendas, yo quejándome de cada una por la que pasamos porque me obligaban a ir con ellas y Olivia dándole la razón a Rachel.

En fin, cosas que pasan.

Ya había pasado un mes desde que llegamos a Boston y a mí solo me parecía que había pasado una semana. A veces el tiempo pasa demasiado deprisa.

Y aún me parecía ayer cuando Marco nos anunció que le pidió a Olivia que fuera su novia.

Mejor no os cuento la reacción de Steve.

- ¿Te gusta esta sudadera? - me pregunta Olivia mientras sostiene la prenda roja.

Yo me encojo de hombros y asiento con la cabeza. No sabéis lo que me aburre ir de compras con semejantes mujeres.

- Mira, esta está mejor - le dice Rachel sosteniendo otra sudadera casi idéntica. Olivia suelta rápidamente la que tenía entre las manos para coger la de Rachel.

A partir de ahí me pierdo de la conversación. Solo tengo en la cabeza algo en mente. Creo que todos sabemos lo que es.

Y, no, por primera vez no es comida.

Logan. Eso es lo que llevo dándole vueltas desde hace unas cuantas semanas. ¿Cuándo se supone que me iba a contar sobre su pasado que tanto lo perturbaba?

Me preocupa la idea de que me lo oculte por miedo de lo que pueda pensar sobre él. Gargamel y yo nos habíamos vuelto muy unidos desde que nos conocimos, aunque aún nos peleábamos por todo.

Pero, ¿y si eso no era suficiente como para que confiara en mí?

Me había visto reír, sonreír, llorar...

Joder, incluso me había visto cagarme encima, y aún así ¿no me tenía confianza?

Recordad no ver películas de miedo conmigo a no ser que queráis presenciar lo mismo que él, consejito de Kylie.

De repente pierdo de vista mis pensamientos y centro toda mi atención sobre una camiseta. Una camiseta perfectamente perfecta.

Los pitufos.

- ¡Dios, qué preciosidad! - grito emocionada atrayendo la atención de Olivia y Rachel.

- Vaya, vaya... después dice que no le gusta - susurra Olivia a Rachel en el oído.

- ¡No empecemos con la misma papeleta de todos los días, por favor! - les regaño enfadada y Rachel me dedica una sonrisa divertida.

- Cuando por fin lo admitas, será el día que pararemos - dice mientras Olivia asiente con la cabeza dándole la razón.

- Además, ya ha pasado un mes desde que os conocéis, lo que significa que la apuesta va subiendo, querida Rachel - le dice Olivia a esta, a lo que ella se cruza de brazos. Mi ceño fruncido era notable.

- Bueno, digamos que cada mes son diez euros más hasta que lo admitas, así que más te vale admitirlo cuanto antes. Me estás haciendo perder dinero - se queja Rachel.

- ¿Y quién se supone que va ganando? - les pregunto enarcando una ceja.

- Que yo sepa voy ganando yo. Le dije a Rachel que si el mes que viene lo admites ella me debe de pagar el doble. En el caso de que lo hagas antes, yo le debo el doble a ella - me explica Olivia con total naturalidad.