CAPÍTULO 9

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LOGAN

Me lo contó todo. Cada detalle de todo el infierno por el que había pasado hace años. Cada noche en la que no dormía por la ansiedad y el miedo que la consumían. Cada vez que ella creía que no llegaría a ver la luz algún día...

Justo cuando sus labios pronunciaban cada palabra con temor, con miedo, con inseguridad... Entendí que no toda la luz que vemos siempre es tan brillante como creemos. Que toda luz tenía oscuridad y toda oscuridad tenía luz.

Es por eso que me di cuenta de que ella y yo siempre seríamos ese eclipse que no deja ver nada más allá. Ni yo era todo tan oscuro ni ella era tan brillante. Simplemente éramos eso.

Un eclipse del que no me arrepiento haber creado sin siquiera saber que llegaría a pasar.

- ¿Él te hizo algo, Kylie? - le pregunto algo inseguro por su respuesta.

- No - niega rápidamente.

- ¿Y cómo es que supo eso? - pregunté.

- Ya te lo he dicho, Logan, no lo sé - susurra acurrucándose más a mí mientras le sigo acariciando el pelo.

Nunca llegué a pensar que ella pasaría por algo así. Jamás se me hubiera pasado por la cabeza imaginar que alguna vez ella tuviera algo que la atormentaba de esa manera. Desde que la conocía, siempre la había visto... feliz.

Pero solo existía una manera de poder hacer calmar su dolor.

- Desahógate - le susurro - Llora y grita al mundo cuánto te duele, Kylie. Pero nunca te lo guardes, nunca lo hagas.

En ese momento, justo cuando creí que me ignoraría y se haría la dura, empieza a sollozar como si se lo hubiera estado aguantando desde que le dije por lo que fui a verla. Luego hizo algo que me sorprendió.

Se sentó entre mis piernas y me abrazó del cuello.

Y lloró. Lloró mucho. Se desahogó.

Y yo solo podía estar ahí para ella.

Pasaron minutos, o incluso yo diría que pasó hasta más de una hora. Ni siquiera lo sabía, pero no me importaba.

- Logan... - dice entre lágrimas, volviéndose a mirarme.

Sus pestañas están mojadas y su nariz está roja por el llanto. Está preciosa hasta cuando está llorando, ¿es que acaso se ve mal alguna vez?

No le contesto. Espero a que siga hablando mientras con el pulgar voy apartando algunas lágrimas que escapan de sus ojos a medida que habla.

- Gracias... gracias de corazón.

Cuando siento el tacto de la palma de su pequeña mano no puedo evitar estremecerme. Nunca nadie me había hecho eso y de alguna manera me hacía sentir.... ¿querido?

¿Es que acaso ella me quería?

O, la verdadera pregunta es, ¿yo lo hacía?

¿Yo la quería?

- Perdóname por todo lo que dije esa noche.

Había perdido la cuenta de las veces que le había pedido perdón por lo mismo, pero esta vez era diferente.

- Ya no hay nada que perdonar.

Ella me sonríe, a pesar de haber llorado como nunca.

Y yo le devuelvo la sonrisa mientras pienso.

Aunque creo que pensar ya estaba demás....



Solo aquellas noches (Bilogía)Where stories live. Discover now