CAPÍTULO 5

25 8 0
                                    


Te he amado tanto, que hasta me duele sentir que

te estoy olvidando.


-Lina Torres.

RUBY

De alguna manera, por retorcida que sea, siempre dónde hubo odio tuvo que haber algo de amor.

Da asco admitir este tipo de cosas pero, en fin, somos humanos. Nos equivocamos, la volvemos a cagar, aprendemos, sanamos... y así sucesivamente creando un bucle en nuestras vidas. Las personas somos así, hasta que no padecemos no sabemos lo que duele.

Y a mi me dolió.

Alejarnos no siempre es fácil, es jodido, y más cuando no tienes razones para odiar a una persona porque siempre será perfecta a nuestros ojos. Pero este tipo de cosas es lo que nos hacen entender que no todo lo tenemos que idealizar y fijarnos más en la realidad. Muchas veces creemos que las personas actuarán de una manera u otra y, finalmente, resulta ser todo lo contrario.

Todo esto comenzó hace un año. Adley tuvo una novia llamada Cathy, ella nos invitó a su fiesta de quinceañera. Sí, ese tipo de fiesta que salen en las películas y al parecer todo es muy bonito.

Pues no lo fue.

Kate Scott fue mi mejor amiga cuando comenzó el instituto, la misma que estaba perdidamente enamorada de Aidan White.

Sí, el simio con sida.

El problema era que... a mi también me gustaba él.

Hablamos juntas del tema y yo siempre le dije que no había problema, si a ella le gustaba y le pedía salir yo no me molestaría. Estaba claro, no dejaría a un chico por mi mejor amiga.

Bueno, pues ella hizo exactamente eso conmigo.

Aidan y yo siempre fuimos muy unidos, y eso a ella la mataba por dentro. Finalmente se fue de mi vida por celos y no volví a saber más de ella. Aidan y yo seguimos siendo mejores amigos, bueno... digamos que demasiado amigos.

Yo no era de las que se enamoraban fácilmente, digamos que ignoraba a todos los chicos que intentaban acercarse a mí.

A todos menos él.

Bueno, hasta ese día. La fiesta de cumpleaños de Cathy, un 28 de diciembre.

Por un momento creí que después de tanto tiempo su pequeña obsesión con mi mejor amigo había parado, pues estaba claro que no.

Sí, me lo demostró aquel día.

Pero claro, yo no lo sabía, así que mi intención ese día era declararme a Aidan. Decirle mis sentimientos de una vez por todas, ni siquiera me importaba si me rechazaba, tenía los ovarios bien puestos como para aguantar cualquier cosa. Siempre he pensado que el amor propio antes de que te guste alguien es fundamental, y mucho más antes de querer estar con una persona.

Finalmente, me dirigí decidida a buscar a Aidan por toda la fiesta, no había rastro de él. Tuve un presentimiento, pero lo ignoré. Así que me fui directamente hacia el balcón de la casa, en el último sitio que me quedó que no había mirado para buscarlo.

Y, sí, allí estaba.

Pero no estaba solo. Definitivamente no lo estaba.

Mis ojos se agrandaron al ver la escena que se presentaba ante mis ojos. Las manos de él estaban en la cintura de ella mientras la besaba. La cintura de Kate.

Solo aquellas noches (Bilogía)Where stories live. Discover now