CAPÍTULO 2

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Mi flor está allí, en alguna parte...

Y si el cordero come la flor, para él es como si,

bruscamente, todas las estrellas del cielo se apagaran.

Y esto, ¿no es importante?


- El Principito.

11 años después...

AIDAN

Siempre fui de aquellas personas que creían en las casualidades. Nunca escuchaba aquellas chorradas que solía decirme mi madre sobre el destino o que todo estaba hecho para estar y desaparecer en cualquier momento. Yo pensaba que la vida era mucho más que eso, pensar en el destino era cómo decir que algo inexistente controlaba mi vida, y eso me asfixiaba de alguna manera.

Me encontraba en el autobús que me llevaría al instituto un día más. Llevaba puestos mis auriculares mientras escuchaba música tranquila, cómo si de alguna manera pudiera callar todo lo que estuviera a mi alrededor.

Tampoco es que yo fuera un antisocial, de hecho, normalmente era una persona muy sociable, hablaba por los codos y me costaba un mundo parar de reír cuando debía.

Y por eso ella me caía tan mal.

Era muy sociable, hablaba por los codos y le costaba un mundo parar de reír cuando debía.

Por dios, ¿a quién le caería bien alguien así?

- ¿Ahora con quién se supone que estás hablando? - me preguntó Adley pasando una de sus manos por mi cara.

Giré mi cabeza hacia su dirección con incredulidad, ¿cuándo se había sentado a mi lado?

- Solo estaba pensando en mis cosas.

- Claro, obviamente, mi mejor amiga siempre es una de tus cosas - me respondió sarcásticamente haciéndose el gracioso.

Le miré con el ceño fruncido y chasqueé la lengua algo pensativo.

- Ella no es un objeto.

Adley me miró con sus ojos marrones oscuros entrecerrados y una ceja enarcada, seguro que estaba burlándose de mí mentalmente.

- Vaya, no lo has negado... - murmuró para sí mismo con algo de burla. Sacudió su pelo negro y se peinó con los dedos como si no hubiera cogido un peine desde que se levantó de la cama.

- ¿Negar el qué? - le pregunté incrédulo, cuando escuché la carcajada que soltó me quité los auriculares de golpe - No era en ella, idiota.

- Tú mismo te has respondido a ti solito antes - se encogió de hombros mientras revisaba algo en su teléfono - Creo que está enfadada - dijo refiriéndose a la chica.

- Vaya novedad - comenté irónico.

- Creo que te pasaste la última vez... - me soltó de repente, a lo que me volví a girar nuevamente con el ceño fruncido.

- ¿A qué te refieres? - le pregunté confundido por su comentario.

- Bueno... que alguien te meta un mini altavoz en la mochila no es algo muy normal.

Me quedé pensando en aquella trastada del otro día y casi sonreí ante el recuerdo de la cara de Selene. Básicamente estuvo a punto de matarme si no hubiera sido porque parezco una gacela corriendo incluso teniendo casi la misma altura que ella. Por suerte casi no se escuchó la canción de "despacito" resonando por toda el aula consiguiendo que la echaran de clase.

Solo aquellas noches (Bilogía)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें