'Confieso que me gusta el mar.'

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  La camioneta de Jacob estaba estacionada delante de la casa de Cory. El moreno apenas salió del auto se encontró con Cory, quien gritaba estupideces.

—¡Hoy día todos mueren! —gritó emocionado, levantando la mochila que portaba variados tipos de tragos.— Bendito elixir de los dioses. —exclamó cerrando los ojos.

—¡Deja de gritar como imbécil!

Cory abrió los ojos y se colgó la mochila en su hombro. Levantó una ceja, al ver a Jacob parado sin hacer nada.

—¿Soy el primero? —Preguntó con voz de no creersela.

—Nope, Candy está durmiendo en la parte trasera.

Cory levantó la ceja mas arriba aún.

—¿Trajiste a la aguafiestas, odiosa, insoportable? —Jacob asintió— ¿Porque? —Dijo como un niño reclamón.

—Sólo sube. —dijo ya ignorándolo.

  El pequeño subió a regañadientes, soltando maldiciones.

Cuando subió, se sentó al lado del cuerpo extendido en el piso de la parte trasera de la camioneta, pequeña y con las piernas cruzadas.

—Maldita enana. —resopló gruñón.

—No pensé que me odiaras tanto. —le dijo con los ojos aun cerrados.

Él se encogió, recibiendo una electricidad que le cruzó la espalda de arriba abajo.

"Mierda, no pensé que iba a este despierta." pensó.

Cinco segundos después estaban frente a la casa de Mia.

Jacob salió y tocó la puerta, siendo recibido por el padre de Mia, Clyde, quien tenía expresión de dolor en su rostro.

—¿Jake? —preguntó extendiendo la mano.

—Sr. Silver. —dijo recibiendo el saludo con una sonrisa— ¿Se encuentra bien?

El asintió, diciendo que no se preocupara, sólo era unos dolores que le atacaban su corazón algunas veces, pero sólo era algo mínimo.

—Mia y el otro chico bajan en seguida. —y justo después de decir ello, ellos ya estaban corriendo escaleras abajo.

—¡Adios, papá! —gritó dándole un beso en la mejilla y saliendo disparada a la camioneta como si nada. Kurt lentamente se despidió del señor, sólo diciendo un pequeño "Hasta luego" con la cabeza gacha.

—Cuida a mi hija, por favor, Jake, ella parece estar mucho mas emocionada de lo que se esperaría.

—No se preocupe, adiós.

Y con eso se encaminó a la camioneta, colocándose todos en la parte trasera.

—¿Que hacías en casa de Mia? —preguntó Cory apenas se sentaron, con una sonrisa curiosa. Kurt miró a Mia y bajó la mirada.

—Ultimamente parece muy cercano a Paréntesis.

Cory quitó la sonrisa y la remplazó por una desepción.

—¿Un gato?

Kurt asintió.

Después, la siguiente casa era la de Zola, el cual le insistió por todo lo que había a que fuera y ella finalmente aceptó, pero con una condición...

—Mi hermano, Rivas. —lo presentó a todos los que estaban en la parte de atrás. Todos quedaron en silencio.

Cory pareció el más decepcionado de todos.

MatemáticasWhere stories live. Discover now