'Te quiero.'

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n/a: Es ultimo capitulo (ahre, que no termine la locura :c) y no he podido corregir, no por tiempo, es sól que... apenas intento hacerlo, siento que me va a dar ese vacio y voy a llorar, así que si notan algo mal escrito o lo que sea, alguna anomalia, pueden ndicarmelo y lo cambiare.

 Muchas gracias c;

 Mia corrió todo lo que pudo y cuando llegó, vio a Rich con los ojos llorosos. Él, al identificarla, se lanzó contra sus brazos, abrazándola lo más fuerte que pudo, rompiendo a llanto en su hombro.

—Unos señores entraron cuando un sonido raro salió de la maquina al lado e papá. —decía entre sollozos— Mia, tengo miedo. —hundió su rostro en el hombro de su hermana. Nunca antes lo había hecho, llorar frente a su hermana, era algo casi loco, de ensueños.

 Recibió el abrazo y lo acogió, abrazándose más a él y sintiendo lo que hace mucho debió notar.

 Debió tomar el peso de su situación.

 Decirse que su padre estaría bien era una mentira que ella misma se hacía. Decirse que su padre saldría, que lo vería de nuevo, que lo abrazaría de nuevo, que de nuevo podrían ser la familia imperfecta que ella amaba. Se mentía y le mentía a los demás. Y eso dolía como el infierno.

 Una mano se acercó a su espalda y tocó su hombro.

—Mia… —dijo comprendiendo todo en un instante.

 Ella fue incapaz de responder, un sollozo la atacó. Se abrazó más fuerte a su hermano, sintiéndolo tan pequeño y frágil que desaparecería en cualquier momento. Dolía y mucho sentirse de esa manera.

 El tiempo pasó. De minutos a horas y de horas a días.

 Kurt en todo momento estuvo a su lado, incluso cuando los dejaron entrar, cuando su padre se encontró estable. El pelinegro parecía compartir su dolor. Conoció muy poco al padre de ella y a pesar de ello, lo sintió como su padre adoptivo.

 Mia sujetaba la mano de su padre con fuerzas, con una presión en su garganta que sabía que era para explotar, pero no lo hizo, se mantuvo fuerte. No lloraría, no estaba muerto, solamente… perdido.

—Papá… —comenzó tranquilizándose gracias al apoyo que el chico le daba, sonriendo de lado a lado. — Papá, te quiero agradecer por todo si esta es la última vez que… No, ¿sabes qué? Tú estarás bien, lo siento en mis huesos, tú volverás con nosotros y sonreirás y me dirás “ese chico no me gusta” —reprimió una risita acompañada de un sollozo— o dirás “¿Cuándo se va la rubia hueca?” —rió de nuevo, pero co unas lágrimas traviesas mojando su rostro. Una mano tapó su nariz, evitando que soltara todo— Pasará lo mismo que pasó con Pandora, lo sé. —respiró entrecortadamente— Y si no… —su voz se quebró y le costó retomar la palabra, sus ojos se cerraban con fuerzas y mordía su labio, sin querer creérselo—Si no…—repitió—Quiero que sepas que fuiste la única persona que me hizo sentir especial sin importar qué, el único que me quiso con todo su corazón, que me soportó… que me… —quería decirle todo lo que le agradecía desde su paciencia a su amor, de sus frases ridículas hasta su seriedad cuando ella le contaba cualquier cosa, pero… esas palabras no salían. Las lágrimas llenaban todo ese dolor.

 Kurt acarició su espalda, reconfortándola lo mejor que podía. Sabía lo que se sentía, pero multiplicado por dos. Y aun peor, sabiendo de ante manos que su vida pendía de un hilo, de que podía despedirse.

 El corazón era un musculo frágil, dependiente de todo, sobrevalorado y poco querido por algunos. En este caso, el corazón era la falla. Fallaba cuando más se le necesitaba, o tal vez, cuando no se le necesita.

MatemáticasWhere stories live. Discover now